lunes, 16 de noviembre de 2015

Acuerdos y resoluciones del congreso constituyente de la ACAT – AIT (1929)

El siguiente documento histórico del anarquismo y el anarcosindicalismo latinoamericanos corresponde a los «Acuerdos y resoluciones del congreso constituyente de la Asociación Continental Americana de los Trabajadores (A.C.A.T.)», efectuado en Buenos Aires en mayo de 1929. Ha sido transcrito por el equipo de N&A desde «El Anarquismo en América Latina» (Biblioteca Ayacucho, 1990); libro compilatorio de escritos de diversos autores y documentos históricos seleccionados por Carlos M. Rama y Ángel Cappelletti y que incluye un interesante prefacio estructurado por Cappelletti.  Las notas al final del texto son las originales incluidas en el libro. Hemos cambiado las notas a pie de página señaladas con ‘asterisco’ por notas numeradas. El texto de Max Nettlau que se señala en la primera nota aún no lo hemos transcrito. La imagen a continuación no corresponde al citado congreso. Para acceder al documento en PDF pueden hacer clic aquí. (N&A)



ASOCIACIÓN CONTINENTAL DE TRABAJADORES1

ACUERDOS Y RESOLUCIONES
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE
EFECTUADO EN BUENOS AIRES
LOS DÍAS 11 AL 16 DE MAYO DE 1929

CON TODA FELICIDAD, colmando los deseos de sus iniciadores, se realizó el congreso continental americano durante los días 11 al 16 de mayo de 1929, en la ciudad de Buenos Aires.

Este congreso venía a cumplir una vieja aspiración. La idea de reunir en un vasto organismo continental a todos los trabajadores revolucionarios de América, ligándolos entre sí solidariamente, es muy vieja, casi tan vieja como lo es el movimiento libertario del nuevo mundo. Es, por otra parte, natural que así fuera; el deseo más íntimo de los anarquistas de todos los tiempos, ha sido unirse entre sí internacionalmente, respetando las modalidades particulares que determina la naturaleza étnica de cada país. Este pensamiento está en la esencia de los ideales que defendemos.

Por desgracia, nunca hasta este instante se realizó un esfuerzo lo necesariamente tenaz y continuado para cumplir esta aspiración nuestra hacia el internacionalismo. En el congreso extraordinario de la F.O.R.A., realizado en 1920, se comprendió esta necesidad y se tomó una resolución categórica en ese sentido. Es a partir de esa fecha que se realiza un esfuerzo serio y persistente para llegar al resultado anhelado, especialmente durante los años 1927, 28 y 29, con la constitución por el Consejo Federal de la F.O.R.A. de la Secretaría de Relaciones Internacionales, que tuvo a su cargo la preparación  y organización del congreso continental.

La Confederación General de Trabajadores de México también perseguía el propósito de fundar un organismo libertario continental y a tal efecto se estableció entre F.O. Regional Argentina y C.G.T. la más estrecha relación para cumplir de común acuerdo este deseo colectivo.

Se intentó la realización de dos congresos americanos, uno de parte de la C.G.T. que convocó a los organismos libertarios del continente en Panamá, en 1925, y el segundo de parte de la F.O.R.A., en Buenos Aires, en mayo de 1927. Ambos intentos fracasaron. Las delegaciones asistentes a los mismos no eran lo suficientemente numerosas como para abocarse de hecho a la constitución de un organismo continental.

Diversas razones contribuyeron a este fracaso. A la conferencia de Panamá opuso el gobierno de aquel país toda clase de impedimentos. Pero no es esta la razón principal del fracaso. Los trabajos para la realización, tanto de una como de la otra conferencia, no alcanzaron la suficiente intensidad como para asegurar el éxito. Es preciso agregar a esto, que constituye de por sí un impedimento serio, la ausencia de organizaciones vigorosas en el continente que pudieran, abandonadas a su propios esfuerzo, contribuir a la común tarea de elevar la organización representativa del proletariado revolucionario americano.

Después del fracaso de la segunda conferencia, con la formación de la Secretaría de Relaciones Internacionales, se realiza el esfuerzo más intenso y metódico para dar vida a la actual Asociación Continental Americana de los trabajadores.


CONGRESO DE MAYO DE 1929


El sábado 11 de mayo de 1929, inicia sus sesiones el Congreso Continental. Los trabajos del mismo se prolongaron hasta el día 16, en que se realizó la sesión de clausura.

Un ambiente de cálida fraternidad entre los delegados y la numerosa concurrencia de simpatizantes que llenaba el amplio salón de la F.O.R.A., fue la señal distintiva del congreso. El espíritu de amplitud y de cordura primó entre todos los delegados durante las sesiones y se refleja en cada una de las resoluciones tomadas sobre todos los puntos del orden del día.

Las resoluciones son de por sí suficientemente elocuentes y señalan claramente cuáles fueron los pensamientos dominantes del congreso continental americano, con respecto a los problemas actuales que nos plantea la lucha contra la reacción del capitalismo y del Estado. El congreso afirmó ampliamente los ideales libertarios como norte de las actividades de la naciente institución, y proclamó su confianza en los mismos para destruir los cimientos del Estado y del capitalismo y edificar sobre sus ruinas la sociedad de los libres y de los iguales.

Damos a continuación el detalle de los países representados en la conferencia, organismos actualmente adheridos a la A.C.A.T. y resoluciones tomadas.

Que ninguna de las instituciones y compañeros que pusieron sus esperanzas en los bellos ideales que sirvieron de inspiración y de guía al congreso continental, defraude ahora los propósitos afirmados en la magna reunión que ligó entre sí solidariamente a los diversos movimientos libertarios del continente.

La Continental ha sido creada. Ella representa el centro natural de convergencia del anarquismo en América. Que cada uno y todos se agrupen entonces en torno a ese baluarte levantado frente a todas las instituciones autoritarias del capitalismo y del movimiento obrero de tendencias políticas.2

ORDEN DEL DÍA

El orden del día presentado por la F.O.R.A. fue ligeramente modificado por los delegados, tratándose de acuerdo con esta alteración en la siguiente forma:

1.      ─  Finalidad, doctrina y táctica.
2.     ─  Constitución de la Continental.
3.     ─  Relaciones con la A.I.T.
4.     ─  Relaciones con los organismos nacionales.
5.     ─  Lucha contra la reacción internacional.
6.     ─ El movimiento campesino.
7.     ─  Nombramiento de Bureau y sede del mismo.
8.     ─  Label en la prensa de las organizaciones adheridas.
9.     ─  Archivo del movimiento obrero anarquista continental.
10.  ─  Intercambio de delegados entre los diversos países.
11.   ─  Lucha por la jornada de seis horas.
12.  ─  Actitud frente a la I.W.W.
13.  ─  Clausura del congreso continental.

Las resoluciones adoptadas sobre cada uno de estos puntos y que señalan claramente cuáles han sido las ideas fundamentales del congreso, las trascribimos a continuación:


DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
DECLARACIONES GENERALES


ORGANIZACIÓN SOCIAL.─ Dos son los caminos propuestos por los movimientos proletarios y socialistas para superar la situación presente: la conquista del Estado para operar la transformación política de la sociedad por medio de decretos, y la organización de la vida económica sobre la base del trabajo de todos y de cada uno. La primera resolución pretende realizar la nueva organización social de arriba abajo; la segunda aspira a hacerse de abajo a arriba: una tiene por norma de conducta la autoridad, la otra la libertad.

La Asociación Continental Americana de los Trabajadores, que recoge las experiencias del último siglo de luchas y que tiene en cuenta las enseñanzas de la realidad y de la vida, repudia la conquista del Estado político como medio de emancipación proletaria y concentra todas sus esperanzas en la organización del trabajo sobre las piedras angulares de su libertad, de su utilización y de su solidaridad.

En consecuencia, aspira a un régimen social en donde el trabajo será la base y la garantía de libertad y de justicia para todos.

ABOLICIÓN DEL ESTADO.─  Un régimen social basado en el trabajo común de las asociaciones libres de productores libres, excluye el Estado, que ha sido siempre instrumento de dominación de una casta o clase parasitaria en detrimento de la masa productora y que pierde su razón de ser cuando la nivelación económica, la expropiación de los expropiadores, ha establecido la igualdad de todos los seres humanos ante la vida, ante los instrumentos de trabajo y ante el disfrute de los productos.

La Asociación Continental Americana de los Trabajadores, como intérprete de los intereses de los que producen y no de los explotadores del trabajo beneficiarios de la producción ajena, quiere una sociedad de libres y de iguales, por lo tanto una sociedad anarquista.

SUPRESIÓN DE LOS MONOPOLIOS.─  El capitalismo, que es la forma económica más injusta que se pueda imaginar, y no siempre la más renditiva  provechosa desde el punto de vista de la producción misma, tiene sus más profundas raíces en el reconocimiento y la defensa de la propiedad monopolista, exclusiva, hereditaria.

La A.C.A. de Trabajadores rechaza todo concepto de monopolio en el usufructo de las riquezas sociales y reivindica el derecho pleno de la humanidad presente y futura a beneficiarse por igual, según las necesidades, de los bienes de la naturaleza y del trabajo del hombre. Sin reconocer una forma especial de organización de las futuras relaciones económicas, recomienda el comunismo como aquella condición que promete una más amplia garantía de bienestar y de libertad individual.

EL HOMBRE LIBRE EN LA SOCIEDAD LIBRE.─  Para el capitalismo y el estatismo dominantes, el ideal consiste en la esclavización y la opresión crecientes de las grandes masas en beneficio de las minorías privilegiadas del monopolio. La A.C.A.T. tiene por ideal supremo el hombre libre en la sociedad libre, y propaga su realización mediante la supresión revolucionaria del aparato estatal y de la organización económica capitalista simultáneamente, en la convicción de que la abolición del uno y el mantenimiento del otro conducirá irremisiblemente, como lo ha enseñado ya la experiencia, a la restauración del orden de cosas que se había querido destruir.

El socialismo libertario no puede ser realizado más que por la revolución social. En consecuencia, los trabajadores revolucionarios deben prepararse intelectual y prácticamente en el sentido de tomar posesión de los medios de producción, distribución y transporte a su alcance para utilizarlos automáticamente al día siguiente de la revolución, así como elaborar los medios de relación entre los diversos grupos de producción, o de lugar, sin que esto marque una única forma de convivencia revolucionaria, y siempre que se salven los principios fundamentales enunciado en nuestra finalidad.

MEDIOS DE LUCHA

1º. El objetivo de la organización obrera consiste en asociar a todos los asalariados para la lucha contra la clase explotadora, de acuerdo con el lema de la primera internacional: «La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos».

2º. Para que sea posible llegar a este objetivo, los métodos de acción deben estar en concordancia con la doctrina revolucionaria. De ahí que sean las prácticas de la lucha de la A.C.A.T. y de las organizaciones que la integran, la huelga parcial y general, el sabotaje y el boicot en los casos en que sea necesario practicar la solidaridad más allá de los respectivos planos nacionales.

3º. Se rechaza el arbitraje oficial y las intervenciones oficiosas para el arreglo de las controversias entre el capital y el trabajo. En consecuencia, será combatida la política de la colaboración de clases, comprometiéndose incluso las organizaciones obreras firmantes de este pacto solidario a combatir los proyectos legislativos que, en los respectivos países, tiendan a convertir en obligatoria la intervención del Estado en las huelgas y otros conflictos sociales.

4º. La base de las organizaciones obreras libertarias es el federalismo. Los individuos se asocian voluntariamente en el sindicato, los sindicatos forman las federaciones y el conjunto constituye el organismo nacional. De abajo arriba se establece la unión del proletariado, conservando tanto el individuo como el grupo asociado su autonomía dentro de la Internacional de los trabajadores.

 ─Las organizaciones por oficio o por rama industrial u organizaciones por fábrica en las modernas empresas racionalizadas, debe quedar librada a la mejor utilidad reconocida por los interesados. El federalismo es una concepción organizatriz en la línea convergente que no se destruye siempre que se obtenga la relación de intereses en el plano de la inmediata concreción de una fábrica, de un pueblo, de una región, teniendo en cuenta que el hombre se debe primero al medio ambiente en que vive como ente social y después a su oficio como productor.

5º. La Asociación Continental Americana de los Trabajadores se declara adversaria de toda política y rechaza todo compromiso o alianza con los partidos que aceptan la colaboración de clases y con los sectores sindicales que actúan en la esfera del Estado, sean parlamentarios o dictatoriales.

6º. La A.C.A.T. manifiesta su simpatía a todo ensayo proletario revolucionario para la consecución de su emancipación política, económica y social completa por medio de la insurrección armada.

7º. Como aspiración de futuro, la A.C.A.T. recomienda el comunismo anárquico, entendiendo que la propaganda de las ideas filosóficas del anarquismo debe ser la preocupación constante de todos los revolucionarios que aspiran a suprimir, con la tiranía económica del capital, la tiranía política y jurídica del Estado.

FINES INMEDIATOS

Sin renunciar a sus objetivos generales, al contrario como un medio eficaz de acelerar su realización, la A.C.A.T. propaga los siguientes fines inmediatos:

1º. Obtención de más altos salarios, es decir, de una mayor participación de los trabajadores en los resultados de la producción.
2º. Reducción de la jornada de trabajo.
3º. Defensa de las conquistas sociales, económicas y morales con todos los medios de la acción directa revolucionaria que no contradicen los elevados fines perseguidos.
4º. Lucha incesante contra el militarismo y la guerra, por la propaganda del boicot a la industria de los armamentos, de la negativa individual y colectiva a servir en el ejército, del desprestigio moral del oficio militar y de la huelga general revolucionaria y el sabotaje en caso de guerra.
5º. Desconocimiento de las barreras artificiosas de las nacionalidades estatales y proclamación de la patria universal del trabajo y de la comunidad de intereses de los trabajadores del mundo entero.
6º. Divulgación y afirmación de una mentalidad hondamente libertaria y de producción consciente como condición previa de una transformación social promisora.
7º. Ejercicio constante de la solidaridad en favor de las víctimas de la lucha revolucionaria contra el capitalismo y el Estado.
8º. Estímulo y apoyo a todas las corrientes y movimientos sociales y de cultura que, aun sin coincidir con nosotros en los objetivos finales enteramente, con su acción y propaganda contribuyen a debilitar los puntales del autoritarismo político y del privilegio económico, sin abandonar nunca la propia cohesión interna ni perder de vista las finalidades que singularizan el movimiento libertador del trabajo.

NOMBRE

1º. Con el nombre de Asociación Continental Americana de los Trabajadores se constituye una confederación continental de organizaciones obreras y campesinas de América que aspiran a la reorganización social sobre las bases de la libertad y de la justicia para todo y reconocen como medio de lucha al acción directa.
2º. La A.C.A.T. constituye un miembro colectivo de la Asociación Internacional de los Trabajadores.

ADMINISTRACIÓN

1º. La A.C.A.T. se regirá por un secretariado de tres miembros nombrados en sus congresos, y por un consejo nombrado por las organizaciones adheridas a razón de un miembro por organización.
2º. La misión del secretariado consistirá en atender la propaganda internacional, el estrechamiento de relaciones entre el proletariado revolucionario continental, en la penetración en los países todavía no trabajados por el ideal revolucionario y en todo cuanto tenga atingencia con las necesidades de la lucha obrera en el terreno internacional.
3º. El consejo asesorará al secretariado y cooperará con él mediante sus informaciones y sus iniciativas.

CONGRESOS

Cada tres años se realizarán congresos continentales de delegados a fin de estudiar los problemas de teoría y táctica que se presenten y para atender a las necesidades nuevas de la propaganda y de la lucha.

SERVICIO DE INFORMACIONES

El secretariado editará una revista de informaciones y de propaganda, la que será distribuida proporcionalmente entre las organizaciones adheridas.

FINANZAS

Cada organismo adherente contribuirá a la propaganda internacional con la cantidad que le sea posible, pero se esforzará por establecer una cuota fija que sea aproximada, de ser posible, a la fiada por la F.O.R.A.: cinco centavos argentinos por asociado, que se distribuirán entre la A.I.T, la Continental y el Fondo de Socorro de la Internacional.

RESOLUCIONES

1. ─  DECLARACIÓN SOLIDARIA CON LOS PRESOS SOCIALES.

El congreso continental del movimiento obrero libertario, al iniciar sus sesiones, envía a las víctimas de la reacción en todos los países sus saludos fraternales. Se declara solidario en su lucha contra la reacción estatal, contra la opresión y contra la explotación. Que los compañeros que se encuentran tras los tétricos y fríos muros de la prisión en los desiertos helados de Siberia, en los presidios de Tierra del Fuego. Más afuera, Cuba, Colombia y otras partes o están forzados a llevar una vida de emigrantes políticos, estén seguros de que el movimiento obrero libertario del continente americano laborará con toda energía por su liberación. El grito de libertad en favor de los prisioneros por cuestiones sociales no enmudecerá hasta que se vea libre la última de las víctimas de la reacción y de la dictadura de no importa qué país. La acción para arrancar a las víctimas de la lucha social de las manos de los gobernantes fue siempre la tarea más sagrada del movimiento obrero libertario. Los compañeros perseguidos de todos los países pueden contar también para el futuro con la ayuda solidaria y la acción del proletariado de América.

2. ─ CONTRA LA REACCIÓN INTERNACIONAL

I

Consideramos uno de los deberes revolucionarios de esta hora la lucha contra el retroceso medioeval de los espíritus y de las instituciones sociales y políticas.

En esa lucha es preciso combatir con igual intensidad el militarismo, la guerra y la reacción, que son tres manifestaciones diversas de un mismo principio y de una misma aspiración.

En la lucha especial contra el militarismo se recomienda:

a)    La negativa individual a hacer el servicio militar; la negativa colectiva con el mismo fin.
b)    La divulgación de conceptos de responsabilidad que lleven el descrédito a la función militar y hagan un deber para el proletariado de la negativa a trabajar para el ejército, en paz o en guerra.
c)     La preparación y la divulgación de la idea de boicot completo, de víveres, municiones, transporte, etc., para el ejército y sus sostenedores.
d)    La propulsión de una literatura infantil que contrarreste el envenenamiento militarista de las escuelas del Estado.

Contra la guerra se reconocen como armas eficaces las anteriores y además la huelga revolucionaria o insurrección popular, con la consiguiente intensificación de la lucha y de la propaganda.

La lucha contra la reacción que complementa la lucha contra la guerra y el militarismo, debe hacerse ante todo por la afirmación de la solidaridad de intereses morales y materiales de los oprimidos y explotados de todos los países, por el boicot consciente y progresivo al estatismo, por el desenmascaramiento de la reacción que entraña la legislación obrera o social, por la campaña contra las exigencias cada vez mayores del aparato de dominación y de opresión, por la reivindicación de la libertad y de la igualdad para todos los seres humanos y, en fin, por el perfeccionamiento y la intensificación de la obra de conspiración material y espiritual permanente contra las iniquidades del privilegio y del despotismo.

El proletariado revolucionario de América, ante la abdicación casi completa ─contra la cual pesan muy poco las honrosas excepciones─ de las clases intelectuales y de las juventudes estudiantiles, tiene la grave responsabilidad y la alta misión de encabezar con sus propias fuerzas, sin rechazar por ello la adhesión de las buenas voluntades, la obra de la liberación del trabajo contra todas las doctrinas y tendencias de esclavización y de opresión del hombre por el hombre.

En ese esfuerzo, los trabajadores revolucionarios pondrán de su parte cuanto les sea posible para suscitar en todos los ambientes y movimientos, corrientes convergentes hacia el supremo ideal de todas las luchas del progreso: la instauración de un orden social de cosas en donde la vida del hombre tendrá las máximas posibilidades de desarrollo libre y armónico.

II

El congreso continental americano está firmemente compenetrado de que la preparación internacional para la guerra en todos los Estados tiene que ser contrarrestada igualmente por una agitación internacional antiguerrerista de los trabajadores.

El congreso constata por consiguiente con alegría la colaboración orgánica regular en la cuestión del antimilitarismo entre el Bureau Internacional Antimilitarista y la Asociación Internacional en el Comisión Internacional Antimilitarista.

El congreso exhorta a todos los antimilitaristas revolucionarios a sostener personal y colectivamente el trabajo internacional de la Comisión Internacional Antimilitarista.

a)    Adhiriéndose a la A.I.T. si se trata de sindicatos.
b)    Adhiriéndose al Bureau Internacional Antimilitarista si se trata de otras organizaciones.
c)     Adhiriéndose a la B.I.A si se trata de personas.
d)    Transmitiendo todos los acontecimientos importantes del país respectivo en relación al militarismo, al antimilitarismo, a la preparación de guerra, a la reacción, etc., a la Comisión Internacional Antimilitarista.
e)    Favoreciendo la más amplia divulgación de los comunicado noticias y artículos del servicio de la prensa de la C.I. Antimilitarista.
f)     Enviando a la C.I.A. periódicos y direcciones de organismos y personas que pudieran interesarse por el servicio de prensa.
g)    Conquistando suscriptores al servicio de prensa.


3.─ EL PROBLEMA INMIGRATORIO.
I

El congreso obrero continental reunido en Buenos Aires del 11 al 16 de mayo de 1929, ha fijado su posición ante el problema de la emigración de trabajadores, del siguiente modo:

La emigración no sólo hay que atribuirla a la superpoblación en los viejos continentes, sino ante todo también a la política económica capitalista. Los gobiernos capitalistas de los países europeos tienen un interés en librarse de las partes descontentas del proletariado sin trabajo, para apaciguar un factor de intranquilidad.

Los gobiernos capitalistas de los países de inmigración están interesados por su parte en recibir el mayor número posible de fuerzas de trabajo a fin de colmar el mercado del trabajo y de reducir los salarios. Con ese propósito emprenden los gobiernos capitalistas en América del Sur una propaganda en favor de la inmigración.

En las grandes ciudades de América del Sur, como Buenos Aires, Río de Janeiro, etc., existe hoy ya una gran desocupación. El congreso previene por tanto al proletariado de Europa ante los agentes de los capitalistas y de los gobiernos. Los obreros emigrantes, antes de emprender su emigración, deberán ponerse en relación con las organizaciones obreras de los países a donde quieren llegar, si es posible por intermedio de sus propias organizaciones, a los fines de informarse antes de partir sobre las condiciones de trabajo, la altura de los salarios, la situación del mercado, etc. Así protegen su propio interés, pues no necesitan aceptar, a causa del desconocimiento de la situación, trabajo en malas condiciones ni se verán en la penosa situación de tener que oficiar de opresores de los salarios frente a sus compañeros de trabajo o de poner en peligro las conquistas obtenidas por las organizaciones obreras.

El congreso dirige a los obreros emigrantes un llamado apremiante para que se organicen en los sindicatos revolucionarios a fin de defender los intereses de su clase. Al capitalismo internacionalmente organizado debe oponerle el proletariado mundial su organización internacional, revolucionaria y libertaria. Sólo por la abolición de la explotación económica y de la dominación política, sólo después de la supresión de todas las fronteras artificiales y de las diferencias de clase violentamente sostenidas pueden ser armónicas las relaciones de los obreros de todos los países y el tráfico entre pueblo y pueblo.

II

Como labores inmediatas se recomienda: Una intensa propaganda alrededor de las Casas de Inmigrantes a fin de que se conozca: 1º. Dónde están las sociedades obreras de resistencia en la capital y en el interior; 2º. Las condiciones de trabajo, lucha y propaganda; 3º. El significado y alcance de los arrendadores de tierras, particulares y del Estado. Y en fin, todas las cosas útiles con respecto al trabajo campesino, para orientación del inmigrante; 4º. Conocer la interesada propaganda de los consulados y delegados comerciales y divulgar la verdad al respecto, para que antes de cruzar el mar sepan lo que van a encontrar. Además, lo que son las empresas de inmigración y colocación. Crear a la par una estadística al respecto.

4. ─  EL PROBLEMA CAMPESINO

El congreso continental declara que el campesino representa un elemento de primer orden dentro de las luchas hacia la emancipación humana. Declara también que el hecho de que en América exista enorme porcentaje de campesinos en el proletariado, fortalece la circunstancia anterior. En consecuencia, exhorta a los organismos y a las individualidades a reivindicar al campesino del segundo término a que generalmente se le ha relegado y a interesarlo en nuestras organizaciones. Manifiesta además que es eficaz considerar las distintas condiciones morales y materiales del campesino de cada país, para encajar la técnica orgánica dentro de estas condiciones. Asimismo declara que la heterogeneidad de circunstancias en que está circunscripto el campesino de cada país reclama un más grande conocimiento del asunto y en consecuencia un más grande estudio teórico y material en cada caso. Para el efecto acuerda emprender una encuesta internacional por medio de la prensa revolucionaria; encuesta que tratará de aportar informes y análisis de los diversos movimientos del campo.

El movimiento campesino se tratará amplia y preferentemente en el próximo congreso continental a fin de encontrarle una solución lo más completa posible.

5. ─ INTERCAMBIO DE DELEGADOS

El congreso continental, reconociendo la importancia del intercambio de delegados entre los diversos países de América, recomienda al secretariado que estudie los medios de materializar esta iniciativa lo antes posible.

6. ─ JORNADA DE SEIS HORAS.3

Después de un largo debate, el congreso continental americano resuelve hacer suya la resolución sobre las seis horas adoptada en el tercer congreso de la A.I.T. celebrado en Lieja.

7. ─ PUBLICACIÓN DE UN MANIFIESTO.

El congreso continental comisiona al secretariado de la A.C.A.T. para editar un manifiesto dirigido al proletariado de Bolivia y del Paraguay, poniéndole de relieve el peligro de guerra y sus intereses comunes frente al enemigo común: el Estado y el capitalismo.

8. ─ EDICIÓN DE UN FOLLETO.

Se resuelve editar un folleto conteniendo los trabajos más importantes de carácter doctrinario que se han presentado a la consideración del congreso continental.

9. ─ EL TRABAJO A DESTAJO.

El congreso constituyente de la A.C.A.T. llama la atención sobre los perjuicios que ocasiona el trabajo a destajo que lleva al campo gremial la lucha de obrero a obrero, con peligro para los fines emancipadores, y en consecuencia recomienda a las organizaciones adheridas que hagan todo lo posible por desterrar esta práctica del sistema de explotación capitalista.

10. ─ RELACIONES CON LAS ORGANIZACIONES NACIONALES.

El congreso constituyente de la A.C.A.T., para el caso en que sea solicitada la adhesión de una organización sindical nacional en un país donde existe ya una organización adherida, resuelve ajustarse a lo resuelto por el primer congreso de la A.I.T. sobre las condiciones de la adhesión.

11. ─ CONTRA LAS DIVERSAS FORMAS DE EXPLOTACIÓN.

La Conferencia continental de trabajadores revolucionarios, aun propiciando con plena fe y confianza en el porvenir, una transformación completa del orden político y del orden económico burgués, reconoce la urgencia de la lucha por el pan y por los mejoramientos cotidianos como exponente de la voluntad proletaria de operar esa transformación.

Además, constata la multiplicidad de formas de explotación del hombre por el hombre, ─en el terreno de la industria, donde el hombre aparece como productor; en el comercio, donde aparece como consumidor; en el campo de las especulaciones financieras, en el radio de acción del capitalismo agrario y latifundista, etc. ─ y opina que la obra revolucionaria definitiva, lo mismo que la defensa cotidiana, deben llevarse a cabo en todos los frentes posibles.

12. ─ CREACIÓN DE ARCHIVOS

En cada país adherido se establecerá un archivo del movimiento obrero anarquista continental. Cada organización debe separar de cuantas publicaciones realice, manifiestos, volantes, periódicos, etc., tanto ejemplares como organizaciones cuente la A.C.A.T. y enviarlos a cada una de estas organizaciones a los efectos de ir desde ya formando estos archivos.4  

NOTAS:

  1. Transcribimos íntegramente del folleto Congreso Constituyente de la ACAT, Buenos Aires, ACAT, 1930, el informe de Diego Abad de Santillán sobre los acuerdos y resoluciones, y asimismo el texto anexo de Max Nettlau, (que en la fuente citada corresponde a las páginas 38/46) y es una Carta abierta sobre la significación del Congreso Obrero libertario americano (C.M.R.)
  2. Omitimos la nómina de delegaciones y personalidades asistentes por obvias razones editoriales. (C.M.R.)
  3. La finalidad principal de la jornada de seis horas era la de encontrar un remedio parcial a la desocupación obrera provocada por la crisis (A.J.C)
  4. Suprimimos la versión del acta de la sesión de clausura del congreso constituyente de la ACAT, que aparece firmada por Diego Abad de Santillán, autor asimismo de la redacción de los demás texto que anteceden (C.M.R.).

jueves, 5 de noviembre de 2015

Silvia Federici: "La jerarquía nunca es neutra, es el principio de la explotación"

Escritora, activista y profesora de la Universidad de Hofstra de Nueva York, Silvia Federici es una referente en la economía feminista. Hablamos con ella durante el V Congreso Estatal de Economía Feminista [1] sobre cuestiones como el sistema capitalista, las alternativas soñadas y en marcha, la lucha salarial, el trabajo doméstico, la quema de brujas y el imaginario popular. (Entrevista por Beatriz Plaza y Erika González* para la revista Pueblos)

– ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la economía feminista? 

– La economía feminista es un proyecto con mucho coraje que se ha propuesto cambiar de manera significativa una disciplina que ha estado más comprometida con la economía capitalista que con ninguna otra. Creo que ha tenido muchos efectos importantes: el primero, someter la economía oficial a una crítica radical de su metodología, de su forma de medir, de su aplicación del método cuantitativo, del análisis de la realidad social que no se puede reducir a una fórmula matemática y de sus valores estructurales; el segundo, poner en el centro de esta deconstrucción de la economía la importancia de toda un área de actividades que definimos como reproductivas, muy importante para el movimiento feminista pero sistemáticamente desconocida y desvalorizada por la economía oficial. El cuidado, el trabajo del hogar, las relaciones familiares, sexuales o procreativas, el cuidado de los niños, el de las personas enfermas, el de los mayores… Para la economía feminista esto es fundamental, no solamente para la reproducción de nuestra vida, sino también para la producción del sistema capitalista, porque la sociedad ha sido sometida a esta producción.

Las economistas feministas hemos visto la importancia de todo este conocimiento e iniciado una investigación sobre las consecuencias y los efectos de la invisibilización. En concreto, hemos empezado un trabajo de democratización del lenguaje que ha permitido crear un espacio donde las mujeres que no son economistas expertas pueden empezar a comprender cuál es la lógica de este sistema en el que vivimos, una lógica realmente perversa.

Por ejemplo, estudios como el de Madeleine Fairbairn (sobre la medida de los estándares del PIB y sobre cómo las organizaciones internacionales y los gobiernos cuentan y excluyen el trabajo de reproducción de sus cuentas) nos han permitido comprender que el crecimiento de niños y niñas no es considerado productivo, pero fabricar las armas que los matan sí que lo es.

Gracias a estos estudios podemos entender la lógica que calificaba de perversa, porque la economía como disciplina ha creado un nudo que nos impide ver la verdad de las relaciones capitalistas. Es una red de categorías, conceptos, asuntos y asunciones que son como un muro que la gente común no puede comprender, que nos ofusca la visión. Por este motivo ha sido importante comenzar a explicar qué significan estas categorías y empezar a construir, a pensar y a imaginar la posibilidad de una alternativa.

– En este contexto, advierte sobre el peligro de que la economía feminista se convierta en una rama más de la economía. ¿Cómo cree que se podría evitar esto?

– Creo que se puede evitar si las economistas feministas trabajan en la economía como espías en un territorio hostil. No se trata de educar a las y los economistas, sino de comprender y transmitir la conciencia que pueden adquirir trabajando dentro la economía. Una vez adquirida, se podría empezar un trabajo de educación importante, porque, en mi opinión, el riesgo es dejar de pensar.

Por este motivo, creo que es importante que la economista feminista tenga su punto de referencia en los movimientos, sea como inspiración por la economía alternativa (lo que es necesario hacer a partir de la lucha o de la expresión, ya que la lucha exprime necesidades, dificultades y posibilidades), sea como guía para no olvidar por quien se escribe y por quien se hace este trabajo. El riesgo es pensar que nuestros referentes son los economistas de los institutos académicos.

Se habla de las mujeres y de la igualdad, pero después se aprueban leyes que destruyen la condición de igualdad. El reto por tanto es enseñar al sistema a ser contundente, porque muchas feministas han participado en conferencias de las instituciones y la gente identifica el feminismo como el que ha sido construido por Naciones Unidas. Es importante que las economistas feministas no repitan esto.


– ¿Qué opina sobre las potencialidades de la economía feminista?

– La economía feminista debería tener dos objetivos principales: por un lado, revalorizar el trabajo de reproducción y, por otro, demostrar la centralidad, no solamente del trabajo de cuidado. Tengo un poco de resistencia a este concepto porque durante muchos años en el movimiento feminista en el que milité nunca se habló de cuidado. El término “cuidado” es completamente nuevo, de los años 90. En los documentos feministas de los años 70 y 80 se habla de trabajo doméstico o trabajo de reproducción, pero nunca de trabajo de cuidados. ¿Por qué? ¿Cuál es para mí el problema? El problema es que se va a construir una nueva jerarquía entre las mujeres que hacen el trabajo material (limpiar la ropa o las calles) y el trabajo que se ve como más emotivo, intelectual, educativo, relacional… Por eso yo uso estos términos pero con mucha cautela, porque no me gusta separar el trabajo material del inmaterial. Para mí es muy importante demostrar la centralidad.

El trabajo de cuidados es un ejemplo paradigmático, no se puede olvidar que lo material e inmaterial es indisoluble en el trabajo que reproduce la vida de una persona. Piensa en la educación de las niñas o en la cura de los enfermos. Si sabes cómo se cura un enfermo, qué significa trabajar con una persona que no es autosuficiente, es que sabes que no se puede separar una cosa de la otra. La gran tragedia hoy es exactamente esto, la separación. Lavar, limpiar o amamantar a un niño o niña, ¿es material o inmaterial? Si piensas en el trabajo de reproducción te das cuenta de cuánta estupidez hay en esta tendencia a la separación. No me gustaría que las mujeres reprodujeran de manera indirecta esta dinámica que sitúa a los conceptos en niveles más altos o bajos según el tipo de trabajo. Conservar la naturaleza, cocinar, el trabajo sexual, hacer el amor… ¿qué es, material o inmaterial? ¿Cómo se puede separar? No, no vamos a reproducir esta visión que separa y que hemos criticado tanto en los hombres, en los intelectuales.

– Señala a los movimientos sociales como fuente de inspiración. ¿Qué fortalezas podrían aportar al sistema para hacerlo más sostenible, justo y equitativo?

– Cuando hablo de movimiento social lo hago entendiéndolo como un concepto amplio y diverso, porque hay muchos tipos de movimientos sociales y de algunos no soy muy entusiasta. Me gusta mucho lo que tantos compañeros y compañeras en América Latina dicen: “no es importante hablar de movimiento social sino de sociedades en movimiento”. Hablo de movimientos sociales muy arraigados en la sociedad, que cooperan y que miran lo que está cambiando a nivel de base. Movimientos sociales no como organizaciones separadas, sino como clave en la reflexión que está ocurriendo en varias partes del mundo y que nacen de la conciencia de que esta sociedad capitalista no nos puede garantizar nada, que no puede ofrecer prosperidad o seguridad de vida sino sólo a grupos limitados, en períodos concretos y en condiciones particulares, como ocurrió después de la II Guerra Mundial, de los años 40-50 hasta los 60-70.

Fue una época asombrosa en la que se consiguió desestabilizar el sistema gracias a los grandes movimientos sociales contra el capitalismo: la descolonización, la lucha anticolonial, las revueltas en las fábricas de los obreros industriales, el alzamiento contra la guerra del Vietnam, el movimiento feminista o el surgimiento del indigenista. Fue un período increíblemente importante que puso en crisis de manera estructural la capacidad de la sociedad capitalista de producir y reproducirse. El proceso de globalización, la intención de cambiar el mundo de las bases durante los años 80-90, fue la respuesta del sistema.

Hay una gran conciencia sobre el hecho de que el capitalismo puede conceder la prosperidad o el nivel adecuado de vida solamente en condiciones particulares. En este contexto, es importante comprender y analizar lo que es el consumismo, producto directo de un gran empobrecimiento social. Si tienes una vida rica desde el punto de vista emocional, con buenas relaciones sociales, no te pierdes por una camiseta. El poder mágico de las cosas, es un poder que se puede desarrollar sólo sobre un desierto emotivo, un desierto social.
Un gran número de poblaciones ya se sienten excluidas porque han sido expulsadas de sus tierras, de sus trabajos, de sus salarios…. Por eso están intentando crear formas diferentes de vida, organizándose de formas diversas. Los movimientos sociales que tienen sus raíces y sus cimientos en estas poblaciones son los más importantes.

Los movimientos feministas populares de América Latina son los movimientos que el capitalismo reprime. Me refiero a los que tienen como punto de referencia las grandes luchas de las mujeres campesinas por defender los campos, la agricultura de subsistencia y la soberanía alimentaria, o las luchas contra el extractivismo, contra la minería, contra las cárceles y contra todas las formas de represión militar. El zapatismo, en México, o el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, en Brasil, son sólo dos de los muchos ejemplos que existen.

Muchos son movimientos creados sobre una base territorial que están empezando una forma de producción diferente teniendo presente el autogobierno. En mi opinión, esto es lo que se está ocurriendo por primera vez en el mundo: lo nuevo surge cuando hay una percepción de que el viejo sistema, el capitalismo, es muerte, y esta idea ya se está difundiendo, sobre todo en América Latina.

– Dice que allí donde se siente la necesidad del cambio se generan prácticas para la construcción de alternativas. Muchos movimientos populares han visto en el Estado un instrumento que les puede ayudar a promover cambios para salir de la explotación o de la amenaza que supone el capital. ¿Hasta qué punto la toma de las instituciones puede servir para el cambio?

– Sí, ahí hay un gran debate. El ejemplo más claro es el que viene de América Latina, cuando los zapatistas rechazaron participar en las campañas electorales. Muchas personas de los sectores de izquierda criticaron esta actitud intensamente, pero yo creo que ahí los zapatistas tenían razón, porque el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no ha sido una alternativa. Hemos visto que en países donde los partidos progresistas asumieron el poder, como en Bolivia, con Evo Morales o en Ecuador, con Rafael Correa, ya hay un conflicto entre Estados y movimientos de base.

En el caso de Bolivia, el presidente ha seguido desde el inicio una política extractivista. Aunque ha intentado reducirlo con algunas medidas, como las bolsas solidarias, son acciones tan simbólicas que no cambian nada y no ponen en el centro el fundamento de las relaciones sociales ni un nuevo modo de producción. En Ecuador, Rafael Correa había prometido una postura determinada frente al petróleo, y ahora se choca con el Yasuní. En Brasil, muchas compañeras y compañeros están demostrando que, con el tiempo, Lula da Silva ha instaurado un imperialismo que sólo se diferencia de los otros en el esfuerzo por expulsar a las empresas americanas.

Es necesario reflexionar sobre esto. Si no nos enfrentamos, si pensamos que se puede mejorar el capitalismo y continuamos con la misma lógica, solamente podremos reducir los efectos negativos. Si creemos que el progresismo significa reducir y humanizar un poco la explotación, entonces el resultado será aún peor, porque esto crea mucha pasividad, nos hacen creer que van a mejorar nuestras condiciones, que no debemos activarnos porque ellos lo harán por nosotras.

– Una de las cuestiones clave que identifica como reforma estructural es la reivindicación que desde el movimiento feminista se ha realizado en torno a la lucha salarial, uno de los elementos que más desigualdad genera. ¿Podría profundizar un poco en cómo la brecha salarial reproduce la desigualdad?

– Desde el Colectivo Feminista Internacional lanzamos la campaña Salario para el Trabajo Doméstico porque entendíamos el sueldo como una máquina que provoca desigualdades. En primer lugar, la diferencia de salarios ha permitido invisibilizar el trabajo doméstico, lo que ha provocado una serie de explotación laboral. En segundo lugar, lo ha naturalizado porque lo ha mitificado y ha creado jerarquías entre lo “asalariado” y lo “no salariado”. A través de estas jerarquías se ha ocasionado un sistema de control indirecto de las personas “sin salario”. Aquí las y los asalariados se convierten en patrones, controladores y supervisores del trabajo no salariado. La jerarquía nunca es neutra, es el principio de la explotación. Debemos tener cuidado cuando hacemos cualquier lucha salarial y asegurarnos de que ésta no va a ser a costa del bienestar de otras personas, cerciorarnos de que aquello que ganamos en el terreno del salario no reproduzca de nuevo jerarquías que generen desigualdades.

– Habla de construir formas más cooperativas para la reproducción social…

– En realidad es un sueño, aunque también una práctica. Dolores Hayden, una feminista que ha hecho mucha labor urbanística en Estados Unidos, ha estudiado la historia centrándose en el esfuerzo de las mujeres para superar el aislamiento del trabajo doméstico.

En muchos países la forma más cooperativa ha surgido a partir de una necesidad provocada por la depresión y la austeridad, como en Chile, Perú y Argentina, donde las mujeres trajeron las olas de los piquetes, los comedores populares y los huertos urbanos. Es importante ver qué ha traído de nuevo a la lucha social. Elementos que no estaban en las luchas de los años 60-70 y que nacen de una necesidad de crear formas de control sobre nuestras vidas, de autoproducción y autoaprovisionamiento.

Me parece haber reconocido la línea que necesitamos seguir. Es claro que en algunos países el camino está más avanzado porque el desastre económico los ha obligado a hacerlo. Y también que en muchos lugares como en América Latina es un poco más fácil porque existe una tradición de relaciones comunitarias que el capitalismo no ha podido destruir y que hoy es una fuerza. El camino que nos muestra América Latina, el camino que se debe recorrer también en Europa y en los EEUU, ya se ha iniciado. En Grecia, por ejemplo, millones de personas se han encontrado con la realidad de un empobrecimiento brutal. Es evidente que van a tener que empezar a crear formas alternativas de vida, y las opciones son aceptar la derrota continua o juntarse, juntar sus recursos, juntar su energía y crear. Mi pareja ahora está en Heraclio, Creta, donde han organizado un gran festival para celebrar las nuevas clínicas sociales. Todas estas cosas se van a ampliar necesariamente.

– Vamos a cambiar de tema y abordar otra de las cuestiones fundamentales de tu obra. En su libro Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria[2], retomas la matanza de brujas como fundante de un sistema capitalista que expropia el cuerpo, los saberes y la reproducción de las mujeres sin remuneración alguna. ¿Qué opinas de la quema de brujas?

– La reflexión sobre las brujas es muy seria, y abro para mí lo que es como una herida abierta, porque en los últimos cuatro o cinco años me he dado cuenta de que el legado de los inquisidores permanece en el imaginario popular, de que han dejado una herencia de desvalorización de la bruja que se plasma en canciones o en prácticas como quemar a las brujas, y que esto pasa a nivel europeo.

Hay quema de brujas en Escandinavia, aunque han hecho un pequeño esfuerzo por reconocerlo construyendo un monumento en Noruega. También en San Juan se celebra la quema de las brujas, incluso hay canciones sobre ello. Cuando fui a Copenhague las mujeres me mostraron algunas representaciones horrendas de brujas. Me gustaría viajar y luchar contra esto junto a un grupo de mujeres.

El año pasado en el País Vasco vimos cosas que nos entristecieron mucho. La imagen de la bruja se ha convertido en una mercancía que se usa para atraer a turistas en lugares como Zugarramurdi, donde hay un Museo de las Brujas y puedes encontrar imágenes horribles. Les pregunté a las mujeres de las tiendas que por qué razón vendían esas cosas y me dijeron que, aunque no les gustaba, lo ordenaba el patrón. Debemos hacer algo para que no se vendan más.
Una puede pensar que tal y como está el mundo, lleno de problemas, nadie va a pensar en las brujas, pero creo que hay que hacer algo, que sería muy importante. En realidad, hoy también se queman brujas: en África se calcula que se han quemado, enterrado vivas o acuchillado más de 30.000 mujeres, sobre todo mayores; en 2013 se han enterrado vivas 700 mujeres en Tanzania; y en Papúa Nueva Guinea también han quemado a muchas. ¿Dónde están las feministas? ¿Dónde hay un surgimiento de feministas?

En India estoy en contacto con mujeres feministas que se están ocupando de esto, porque allí es una matanza. Todas me dicen que está conectado con el cercamiento y la propiedad de las tierras, con el nuevo papel de las mujeres y con la expulsión de las mayores, que son consideradas como no productivas pero que tienen acceso a la tierra. La manipulación de las compañías, que usan las acusaciones de brujería para conseguir sus objetivos es constante. Es importante organizar un grupo de mujeres en cada país para hacer algo. ¿Por qué no en España también?


*Beatriz Plaza y Erika González son investigadoras del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.

NOTAS:
[1] Vic (Catalunya), julio de 2015.
[2] Federici, Silvia (2010): ‘Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria’, Editorial Traficantes de Sueños, Madrid.


Fuente: Pueblos,  revista de Información y Debate