En la región chilena, como en muchas otras regiones de
América Latina, existen serios problemas con la definición de comunismo
libertario o anarco-comunismo. Por un lado en ambientes universitarios, el
significado de comunista libertario se asocia con ‘un marxista pero no tan leninista como los otros
leninistas’; por otro
lado, en ambientes que podríamos catalogar como anarquistas con simpatías hacia
tendencias insurreccionalistas o individualistas, ser ‘comunista libertario’ o
‘anarco-comunista’ significa ser plataformista o directamente ser cercano al
FEL. Ambos significados son
erróneos y pueden
considerarse fruto de la propaganda falsaria de tendencias marxistas o directamente
de la ignorancia.
El comunismo libertario o anarcocomunismo es una tendencia histórica del anarquismo y corresponde a una rama económica que ha sido bandera de diversas tendencias anarquistas: grupos de afinidad, federaciones, sindicatos, revistas, individualidades, insurreccionalistas, ecologistas, organizaciones políticas, feministas, etc. El Comunismo libertario o anarco-comunismo son sinónimos, pero también podríamos decir que la finalidad de los anarco-comunistas es vivir en el comunismo libertario, es decir, en una sociedad sin dominación, ni del Estado ni del Capital ni del patriarcado. El comunismo anarquista es muy anterior a la tendencia organizativa llamada plataformismo (tendencia que lleva pocos años en esta región). En Chile el anarquismo nació anarco-comunista, El Oprimido, órgano anarquista con una breve existencia, en 1893 ya titulaba en su portada: Periódico Comunista Anárquico. (1)
Presentado de otra forma, podríamos decir que el anarquismo ha tenido tres grandes tendencias económicas: El mutualismo expuesto por Proudhon; el colectivismo anarquista asociado a Mijaíl Bakunin y finalmente, el comunismo anárquico, anarco-comunismo o comunismo libertario, -sinónimos todos- la tendencia económica más aceptada por diversas organizaciones internacionales y conocidos anarquistas como Piotr Kropotkin, Alexander Berkman, Emma Goldman, Rudolf Rocker y Errico Malatesta. Cabe señalar que el llamado anarcoindividualismo también ha presentado a través de diferentes autores algunas propuestas económicas o consideraciones del tipo. Si bien las diferentes tendencias económicas señaladas suponen cada una de ellas métodos diferentes de organización de las personas y distribución de las cosas, no necesariamente quienes han aceptado el comunismo anárquico como método y finalidad, han descartado por completo otros métodos económicos anarquistas, como es el caso de Luigi Fabbri, quien en su magnífica exposición libertaria en el libro Revolución no es Dictadura señala: "Aun en un régimen completamente anárquico estamos persuadidos que, aunque la organización de la producción y del consumo sobre bases comunistas será el tipo dominante y la regla general (y precisamente porque será una regla libre y no obligatoriamente impuesta a todos), no impedirá ella que subsistan —o por voluntad de los individuos o por especiales necesidades del ambiente o del trabajo— formas diversas de organización, colectivistas, mutualistas, etc., y aun algunas formas de propiedad individual, a condición de que ésta no implique sometimiento o explotación de nadie". (2)
El comunismo libertario o anarcocomunismo se distingue de las otras tendencias económicas del anarquismo en el rechazo total al centralismo organizativo de la sociedad y en la completa negación del sistema bancario/monetario. Los anarcocomunistas entienden que para construir una sociedad sin dominación es necesario acabar con la propiedad privada de los medios de producción y con el salario. Ante el egoísmo burgués del sistema salarial, los anarcocomunistas proponen repartir las cosas según las necesidades de las personas y no de acuerdo a la capacidad individual de cada uno para producir. Por tanto, podríamos decir que el método económico del comunismo anarquista es una crítica total a la sociedad neoliberal - y a toda forma de capitalismo- donde rige la meritocracia y el sálvate si puedes. En síntesis, el anarcocomunismo es un método económico y político revolucionario del anarquismo para construir una nueva sociedad, donde el apoyo mutuo expresado en el federalismo organizado entre libres asociaciones de personas y grupos humanos se constituye como la base para las relaciones sociales, sin Estado y sin capitalismo.
El comunismo libertario o anarcocomunismo es una tendencia histórica del anarquismo y corresponde a una rama económica que ha sido bandera de diversas tendencias anarquistas: grupos de afinidad, federaciones, sindicatos, revistas, individualidades, insurreccionalistas, ecologistas, organizaciones políticas, feministas, etc. El Comunismo libertario o anarco-comunismo son sinónimos, pero también podríamos decir que la finalidad de los anarco-comunistas es vivir en el comunismo libertario, es decir, en una sociedad sin dominación, ni del Estado ni del Capital ni del patriarcado. El comunismo anarquista es muy anterior a la tendencia organizativa llamada plataformismo (tendencia que lleva pocos años en esta región). En Chile el anarquismo nació anarco-comunista, El Oprimido, órgano anarquista con una breve existencia, en 1893 ya titulaba en su portada: Periódico Comunista Anárquico. (1)
Presentado de otra forma, podríamos decir que el anarquismo ha tenido tres grandes tendencias económicas: El mutualismo expuesto por Proudhon; el colectivismo anarquista asociado a Mijaíl Bakunin y finalmente, el comunismo anárquico, anarco-comunismo o comunismo libertario, -sinónimos todos- la tendencia económica más aceptada por diversas organizaciones internacionales y conocidos anarquistas como Piotr Kropotkin, Alexander Berkman, Emma Goldman, Rudolf Rocker y Errico Malatesta. Cabe señalar que el llamado anarcoindividualismo también ha presentado a través de diferentes autores algunas propuestas económicas o consideraciones del tipo. Si bien las diferentes tendencias económicas señaladas suponen cada una de ellas métodos diferentes de organización de las personas y distribución de las cosas, no necesariamente quienes han aceptado el comunismo anárquico como método y finalidad, han descartado por completo otros métodos económicos anarquistas, como es el caso de Luigi Fabbri, quien en su magnífica exposición libertaria en el libro Revolución no es Dictadura señala: "Aun en un régimen completamente anárquico estamos persuadidos que, aunque la organización de la producción y del consumo sobre bases comunistas será el tipo dominante y la regla general (y precisamente porque será una regla libre y no obligatoriamente impuesta a todos), no impedirá ella que subsistan —o por voluntad de los individuos o por especiales necesidades del ambiente o del trabajo— formas diversas de organización, colectivistas, mutualistas, etc., y aun algunas formas de propiedad individual, a condición de que ésta no implique sometimiento o explotación de nadie". (2)
El comunismo libertario o anarcocomunismo se distingue de las otras tendencias económicas del anarquismo en el rechazo total al centralismo organizativo de la sociedad y en la completa negación del sistema bancario/monetario. Los anarcocomunistas entienden que para construir una sociedad sin dominación es necesario acabar con la propiedad privada de los medios de producción y con el salario. Ante el egoísmo burgués del sistema salarial, los anarcocomunistas proponen repartir las cosas según las necesidades de las personas y no de acuerdo a la capacidad individual de cada uno para producir. Por tanto, podríamos decir que el método económico del comunismo anarquista es una crítica total a la sociedad neoliberal - y a toda forma de capitalismo- donde rige la meritocracia y el sálvate si puedes. En síntesis, el anarcocomunismo es un método económico y político revolucionario del anarquismo para construir una nueva sociedad, donde el apoyo mutuo expresado en el federalismo organizado entre libres asociaciones de personas y grupos humanos se constituye como la base para las relaciones sociales, sin Estado y sin capitalismo.
Algunas diferencias entre los
comunistas autoritarios y los comunistas libertarios
Los comunistas autoritarios se
basan en el marxismo y el leninismo. Los comunistas libertarios se basan en el
anarquismo y en autores como Kropotkin y Malatesta.
Los comunistas autoritarios desean la conquista del Poder Político y hacerse con el control del Estado. Los comunistas libertarios desean la destrucción del Poder Político y con ello, abolir el Estado y reemplazar la organización jerárquica de la sociedad por la libre federación de personas y grupos sociales.
Considerando lo anterior, los comunistas autoritarios enarbolan la bandera del Poder Popular como estrategia para consolidar un Poder en contraposición al régimen burgués y hacerse con el Poder del Estado para consolidar un socialismo de Estado. En cambio, los comunistas libertarios levantan la idea de la Autogestión social como estrategia revolucionaria para la socialización directa por los mismos trabajadores de los medios de producción y consolidar un socialismo libertario.
Los comunistas autoritarios no niegan necesariamente la construcción del Poder Político paulatino por la vía electoral y parlamentaria. Por el contrario, los comunistas libertarios ven en el camino electoral un mecanismo donde la clase dominante fortalece la dominación y por tanto son abstencionistas activos, es decir, critican activamente el electoralismo fortaleciendo las organizaciones sociales de manera horizontal y no promocionando el principio de autoridad, el intermediarismo y la jerarquía que caracteriza al parlamentarismo y electoralismo presidencial.
Los comunistas autoritarios ven en el sindicalismo una herramienta como trampolín para el Poder del Estado, en cambio, los comunistas libertarios consideran al sindicalismo como una vía práctica hacia la sociedad sin Estado ni capitalismo.
Los comunistas autoritarios desean organizar la economía por medio del Estado, es decir, de arriba hacia abajo, donde la dictadura del proletariado es una dictadura contra el proletariado y donde las decisiones son tomadas por una pequeña burocracia en el Poder. En contraposición, los comunistas libertarios desean organizar la economía sin el Estado, es decir, de abajo hacia arriba, de lo simple a lo complejo, mediante pactos libres entre diversas instancias sociales organizadas horizontalmente.
Los comunistas libertarios se organizan horizontalmente, en cambio, los comunistas autoritarios se organizan mediante jerarquías, donde pequeños grupos de personas deciden las cosas importantes de la colectividad.
Para ahondar más en el comunismo anárquico recomiendo una interesante propuesta concreta organizativa de la sociedad anarquista, que a la vez es una completa introducción a la economía del Comunismo Libertario, escrita por el compañero Daniel Ferri Ruiz, haciendo clic aquí.
Los comunistas autoritarios desean la conquista del Poder Político y hacerse con el control del Estado. Los comunistas libertarios desean la destrucción del Poder Político y con ello, abolir el Estado y reemplazar la organización jerárquica de la sociedad por la libre federación de personas y grupos sociales.
Considerando lo anterior, los comunistas autoritarios enarbolan la bandera del Poder Popular como estrategia para consolidar un Poder en contraposición al régimen burgués y hacerse con el Poder del Estado para consolidar un socialismo de Estado. En cambio, los comunistas libertarios levantan la idea de la Autogestión social como estrategia revolucionaria para la socialización directa por los mismos trabajadores de los medios de producción y consolidar un socialismo libertario.
Los comunistas autoritarios no niegan necesariamente la construcción del Poder Político paulatino por la vía electoral y parlamentaria. Por el contrario, los comunistas libertarios ven en el camino electoral un mecanismo donde la clase dominante fortalece la dominación y por tanto son abstencionistas activos, es decir, critican activamente el electoralismo fortaleciendo las organizaciones sociales de manera horizontal y no promocionando el principio de autoridad, el intermediarismo y la jerarquía que caracteriza al parlamentarismo y electoralismo presidencial.
Los comunistas autoritarios ven en el sindicalismo una herramienta como trampolín para el Poder del Estado, en cambio, los comunistas libertarios consideran al sindicalismo como una vía práctica hacia la sociedad sin Estado ni capitalismo.
Los comunistas autoritarios desean organizar la economía por medio del Estado, es decir, de arriba hacia abajo, donde la dictadura del proletariado es una dictadura contra el proletariado y donde las decisiones son tomadas por una pequeña burocracia en el Poder. En contraposición, los comunistas libertarios desean organizar la economía sin el Estado, es decir, de abajo hacia arriba, de lo simple a lo complejo, mediante pactos libres entre diversas instancias sociales organizadas horizontalmente.
Los comunistas libertarios se organizan horizontalmente, en cambio, los comunistas autoritarios se organizan mediante jerarquías, donde pequeños grupos de personas deciden las cosas importantes de la colectividad.
Para ahondar más en el comunismo anárquico recomiendo una interesante propuesta concreta organizativa de la sociedad anarquista, que a la vez es una completa introducción a la economía del Comunismo Libertario, escrita por el compañero Daniel Ferri Ruiz, haciendo clic aquí.
(1) El Oprimido, los extranjeros y la
prehistoria del anarquismo chileno (1889 – 1897)
http://archivohistoricolarevuelta.wordpress.com/2012/07/23/el-oprimido-los-extranjeros-y-la-prehistoria-del-anarquismo-chileno-1889-1897/
(2)
Revolución no es dictadura. La gestión directa de las bases en el
socialismo Luigi Fabbri
http://es.theanarchistlibrary.org/library/luigi-fabbri-revolucion-no-es-dictadura
En el blog "Reflexiones desde Anarres" podéis encontrar más artículos sobre el comunismo libertario:
ResponderEliminarhttp://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com.es/search?q=comunismo+libertario
Salud!
Muchas gracias.
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