MANIFIESTO ANARQUISTA*
Somos comunistas-anárquicos
y como tales nos proponemos propagar la completa emancipación
del proletariado, a la vez que luchamos para abolir la inicua explotación del hombre
por el hombre, ponemos todas nuestras fuerzas morales y materiales para hacer desaparecer
todas las tiranías, para establecer la verdadera libertad, igualdad y fraternidad
entre las familias humanas.
El motivo de publicar este manifiesto tiene por causa primordial el
demostrar nuestro malestar por culpa del actual régimen de la sociedad tan mal
llamada civilizada; y al mismo tiempo para decir lo que somos, y lo que
queremos, con abnegación revolucionaria y con la convicción de que con nuestros
lamentos de indignación despertaremos del letargo en que están sumidos los
nuevos esclavos del capital. Ya estamos en la época de las luces para ver muy
claro que todo lo que existe en la naturaleza como tierra, agua, aire, sol,
luna y los demás elementos que constituyen el Universo, pertenecen a todos los seres
de nuestro planeta, puesto que dichos elementos nos han creado y nos conservan
la existencia.
Ya es tiempo de reconocer que todo lo que existe artificialmente en
nuestro globo terrestre como son ciudades, inmensas extensiones de tierra no
cultivadas, canales, puertos, vías de comunicación por mar y tierra,
instrumentos de trabajo y todos los adelantos científicos son hechos por muchas
generaciones y con miles de millares de trabajadores, por lo tanto también
pertenecen a todos y no exclusivamente a esta clase de privilegiados,
falsamente políticos, embusteros, clericales, asesinos de la humanidad, proteccionistas
de los grandes ladrones y asesinos y justicieros de los inocentes y explotadores
del trabajador; en una palabra, todo lo que existe a nuestro rededor pertenece
a todos los trabajadores ya que con sangre y sudor hemos contribuido en construirlo;
y no a esta camarilla de zánganos que con sus constituciones, códigos, dioses imaginarios
y santos de madonas se han convertido en dioses y gobernantes para vivir a costa
del que produce y robar el oro que nosotros mismos hemos extraído de las
entrañas de la tierra a fin de poder decir que con el oro o capital se compra
el producto del obrero, sin tener en cuenta esos verdaderos ladrones que tanto
el oro como los demás productos son creados por los trabajadores mismos.
Somos nosotros trabajadores, los albañiles que edifican magníficos,
grandiosos e higiénicos palacios, y es un delito si los dejamos habitar a otros
que nos mandan y asesinan en nombre de la patria y de la ley; mientras que
nosotros habitamos en una insalubre choza y las más de las veces ni un techo
para cubrirnos.
Somos los elaboradores de los productos alimenticios, y es un crimen
que cometemos si dejamos morir de hambre a nuestros hijos por dejar reventar de
panzudos los que hacen nada, pero que en cambio nos prostituyen nuestras
esposas e hijos.
Somos los que tejemos ricas telas y casimires, confeccionamos
elegantes vestidos, y vestimos andrajos por dejarnos robar sin resistencia, y
por motivo de nuestra cobardía los ladrones nos tratan de indecorosos y sucios,
y se encuentran degradados a nuestro lado.
Somos nosotros los que hacemos ilustrados libros para instruirnos, y
vegetamos en la más crasa ignorancia por dejarlos leer a esos que pretenden ser
superiores a nosotros y en premio de nuestra mansedumbre nos tratan de
ignorantes y bestias; con razón, porque todo hombre que no se subleva contra
toda tiranía que rebaja su dignidad de tal, es inferior a los demás animales,
puesto que éstos que no tienen raciocinio se rebelan contra los que quieren
esclavizarlos.
En fin, somos los trabajadores, los productores de toda riqueza
social, y en recompensa de tantos y tantos sacrificios, somos los esclavos, los
humillados, los oprimidos, los explotados; en suma, somos las víctimas de esta
lucha y guerra entre los trabajadores mismos, promovidas por esos políticos que
por su ambición de gobernar y robar son los causantes de esa matanza entre las
familias humanas.
Trabajadores, compañeros de infortunios: si esas injusticias y
barbaridades habéis analizado, comprenderéis que tal estado de cosas es injusto
que siga así y sería un crimen que nos chocarían en cara nuestros hijos al
consentir que continúen con ese régimen.
Por eso queremos que la propiedad individual sea transformada en
propiedad común para bien de todos; queremos abolir la propiedad individual
porque es la causa primordial de todos los males que nos agobian, pues con ella
se mantiene toda esta escoria de la humanidad, como son: Gobierno, Clero,
Abogado, Militares, Comerciante y Rentista que viven como parásitos y para
seguir disfrutando de sus rapiñas mantienen con nuestros productos ese numeroso
ejército.
Queremos desligarnos de todos los Códigos y demás leyes artificiales e
incompletas, para establecer la verdadera y única ley de la naturaleza.
Queremos derribar todas las prisiones y penitenciarías que sirven no
más que para encerrar al inocente trabajador, mientras que los criminales
conscientes están en libertad, de modo que esos establecimientos no sirven para
nada porque los defectos de la humanidad no corrigen de acuerdo con la
justicia.
Queremos acabar esas luchas políticas que ocasionan derramamientos de
sangre obrera promovidos por esos ambiciosos para elevarse al poder; los
obreros deben pelear para su emancipación y no para nuestros explotadores.
Queremos abolir todo comercio y toda forma de monedas por ser la causa
de existir ricos y pobres, heredados y desheredados, holgazanes y trabajadores,
pues dentro del comunismo anárquico, todos los productos son de la humanidad y
todos los individuos son libres productores y libres consumidores.
Queremos hacer desaparecer los límites estrechos de las fronteras que
el hombre ha puesto en su ignorancia, para establecer la verdadera fraternidad
entre las familias humanas.
Queremos destituir toda forma de gobierno porque mientras existan
autoridades también existirá tiranía; podremos cambiar de tiranos, pero siempre
tendremos la misma tiranía, esto es, mientras existan hombres que quieran
oponer su voluntad a los demás hombres, no existirá para la humanidad ni un
síntoma de libertad.
Queremos que el amor sea libre y no como sucede en la actualidad que
se unen para toda la vida seres que jamás se han amado ni pueden amarse por la
diferencia de clases, de edades o afinidades, resultando con este sistema
cuidar esos adulterios y crímenes tan desmoralizadores; queremos que se unan
por aquella naturaleza, voluntad y simpatía que atrae a los dos sexos, como
también queremos, puesto que no nacemos por la voluntad de nuestros padres, que
los hijos sean de la gran familia humana y cuidarlos a su infancia para que
ellos nos cuiden en nuestra vejez.
Queremos una sociedad comunista, que la tierra y casas sean libres
para lodos, maquinarias e instrumentos de trabajo libres para todos, los
adelantos científicos que sean en beneficio de todos, la instrucción libre para
todos, las vías de comunicaciones libres, la subsistencia asegurada a los
ancianos e inválidos para el trabajo; queremos que todo sea de todos y que a
ninguno le falte nada; todos para uno y uno para todos; cada individuo tiene el
deber de trabajar según sus fuerzas para tener el derecho de consumir según sus
necesidades, sin que ninguno tenga derecho a lo superfluo mientras que todos no
tengamos lo necesario.
Queremos una sociedad anárquica; que no haya poder autoritario; que la
humanidad se rija con las leyes invariables y justas de la naturaleza; queremos
que el hombre sea completamente libre de los demás y que obre según tenga por
conveniente, sin quitar la libertad de los demás, o cambiando los términos, que
la libertad de uno no tenga más límites que la libertad de todos.
Como se comprende, el comunismo es la verdadera igualdad y
fraternidad, y la anarquía es la completa libertad individual y la verdadera
justicia y ambos constituyen una sociedad armónica, civilizada y de progreso.
Por lo tanto, compañeros del mundo entero, sí queréis ser libres y
concluir de una vez con esa plaga langostera burgueses para que no aparezcan en
las generaciones futuras, es necesario unirnos las manos callosas a través de
las fronteras, cuya unión se irá practicando con la formación de grupos de
afinidad completamente libres y propagando las ideas comunistas anárquicas en
los cafés, fondas, teatros, centros y convocar reuniones libres.
Grupos de afinidades es la unión de varios individuos con el deseo
igual de ejecutar una misma cosa; por ejemplo, un individuo es apto para la
propaganda hablada, puede unirse con otros individuos de igual aptitud y formar
un grupo para convocar reuniones, es útil colaborar, unirse con otros
colaboradores; es de espíritu revolucionario, que busque individuos
revolucionarios y organizar un grupo de acción revolucionaria y así sucesivamente
se van uniendo por la ley de afinidad, ley que no está escrita en ningún código
porque es una ley natural e inviolable. La unión de este sistema tiene la ventaja
que todos los individuos proceden libremente en todo aquello que juzguen
conveniente sin verse obligados por ningún reglamento ni someter sus acciones a
la aprobación de nadie, esto es, no es necesario ningún estatuto ni reglamento,
como tampoco ningún presidente, ni secretario. Es el único modo de obrar
libremente y abolir camarillas de zánganos y plantear un régimen económico.
Esta forma de organización, de propaganda y acción tiene la facilidad de
multiplicarse constantemente y en todas las direcciones, es fácil también burlarse
de las pesquisas policiales porque no se archivan documentos ni se levantan actas
de acuerdos como tampoco existe ningún centro determinado y está en todas
partes puesto que cada individuo es un sujeto de actividad.
Hemos manifestado el modo de unirnos y la táctica de luchar, pues ya
sabéis que nuestros enemigos están pronto a ametrallarnos porque decimos
verdades y declaramos los derechos que legalmente nos pertenecen, pero a
nosotros nos queda la astucia; así como nuestros verdugos hacen uso de los
cañones, trabucos, fusiles, revólveres, caballos, lanzas, bayonetas, espadas,
machetes, arcos, guillotinas y todos los elementos de matanza humana con el
sólo deseo de eternizar nuestra esclavitud, a nosotros nos restan los productos
que solo nos proporcionan la química y la industria como la dinamita, el veneno
y el fuego rápido para quemar los archivos de propiedades, bancos, casas de injusticias,
cárceles, templos y todos los edificios que sirven para la corrupción de la sociedad
presente.
Tú, prensa burguesa, que eres partidaria del parásito y enemiga del
paria, a ti te dice este grupo: es tan necesaria tu emancipación de la
esclavitud en que te hallas sumida como la del proletario, porque unas veces
vendes tu convicción por algunas, y otras, tienes, que callar la voz de tu
conciencia por cumplir la tiranía de los mandarines.
A vosotros, gobiernos y políticos de todos los partidos, a vosotros os
escribe este grupo de anarquistas, que dejéis vuestro sistema de autoridades que
la defendéis cuando os conviene y la rechazáis cuando no podéis gobernar.
Algunos hipócritas e ignorantes nos preguntarán ¿cómo es posible que
exista buena armonía entre la familia humana sin autoridad que la imponga?
Observad las abejas y las hormigas cómo viven en sociedad; comunistas
anárquicos, puesto que trabajan según sus fuerzas y consumen según sus
necesidades; contemplad la araña como fabrica sus trampas para buscarse su
subsistencia, sin embargo no tiene ninguno que la gobierne; estudiad la Naturaleza,
ese movimiento anárquico, manteniendo en ella la armonía por las fuerzas de
atracción y repulsión que existen en todas las partes que componen el todo y os
convenceréis que todo lo que existe se rige solamente por la ley natural y no
con las leyes artificiales; pues bien, si todo puede pasar sin leyes artificiales,
el hombre con su alto grado de inteligencia y de prever el bien y el mal, bien puede
pasarse con las benéficas leyes naturales y desligarse de las leyes maléficas artificiales.
Los causantes del desorden y la discordia entre la humanidad sois
vosotros que con vuestra actitud pretendéis imponer vuestra voluntad a las
demás voluntades, exigisteis el deber de uno a la producción sin otorgarle el
derecho a la consumición, mientras que a otro le concedéis el deber de comer
sin trabajar y el derecho de esclavizar al trabajador.
Para acabar de una vez, os decimos que si el hombre no puede
gobernarse por sí por sus vicios y defectos, tampoco puede ser gobernado por
hombres que sufren iguales vicios y defectos. De todos modos resulta ser el
hombre un anarquista.
Y vosotros burgueses: la razón os impone el deber de que entreguéis la
tierra y los demás productos que habéis robado a la humanidad con vuestro
sistema de explotación.
¡Si, ladrones de sangre, sudor y honra de los trabajadores, que les
aconsejáis que tienen que ahorrarse los elementos necesarios y negar la
instrucción a sus hijos a fin de que ahorren parte de sus mezquinos salarios
para que lo depositen en vuestras cajas de ahorro para luego robarles con el
nombre de quiebra! Si, sois una punta de ladrones, propagáis a los inocentes
trabajadores y los imbéciles aspirantes de burgueses que tienen que ahorrar
durante la juventud para tener asegurada la subsistencia en la vejez, mientras
que los que os han escuchado y han podido hacerlo a costa de grandes
sacrificios y privaciones, se encuentran en la vejez, no por los años sino por
el exceso de trabajo, se encuentran en lugar de tener el fruto de sus economías
un rollo de papeles, moneda de menos valor que la escoria que arrastra el
cuerpo humano. Y así sucesivamente poco a poco vais robando al trabajador
dejándolo a él y sus hijos a la más espantosa miseria, mientras que vosotros
disipáis sus productos. Luego blasonáis de filántropos, pero nosotros,
anarquistas, os vamos a sacar la careta de la hipocresía. Si establecéis hospitales
bastante malos algunos, es para evitar los estragos a vuestros excelentísimos y
renovando personas que ocasionan ciertas enfermedades contagiosas; si fundáis sociedades
de monopolios que vosotros llamáis de socorros mutuos, es para prever el saqueo
de vuestros repletos almacenes; si establecéis casas de expósitos es para
llevar a los hijos que habéis tenido con las doncellas que tenéis al servicio
doméstico; en fin, si alguna vez hacéis limosnas, que es muy raro, es para
esquivar la verdad que el proletariado reconoce que vosotros sois los causantes
de sus infortunios y miserias.
En una palabra, sois como el cirujano de cierto pueblo que hería de
noche para curar de día, porque con este sistema pasáis la existencia más
espléndida y las victimas os otorgan su aprecio.
Y vosotros, oprimidos, tanto productores como sirvientes, como
soldados y policianos, insurreccionaos en contra de vuestros opresores, romped
las cadenas de la nueva esclavitud, preparaos y armaos para el próximo 1º de
Mayo, día en que todos los desheredados del mundo han elegido para la huelga
general y no volver al trabajo hasta ser libres productores y libres
consumidores, llevaos este mensaje: la emancipación de los trabajadores ha de
ser obra de los trabajadores mismos; por lo tanto, fuera jefes y mistificadores
de toda clase!!
Por lo tanto ya sabéis lo que significa el 1º de Mayo, día de rebelión
para derribar las instituciones que sostiene la escasa sociedad actual y encima
de sus escombros plantar la regeneradora sociedad comunista anárquica.
Para tomar mayor energía gritemos con toda la fuerza de nuestros
pulmones y con todo el entusiasmo: ¡abajo la explotación del hombre por el
hombre!; ¡abajo todas las tiranías o el gubernismo! ¡Viva la revolución social!
¡Viva la completa emancipación de los trabajadores!
* Este
«manifiesto anarquista» fue publicado por el «Grupo de hijos del Chaco», en
Asunción del Paraguay, en enero de 1892
(A.J.C.).
Fuente: El Anarquismo en América Latina
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