En 1901 y 1902 los militares chilenos y argentinos, dignos
antepasados de los belicistas que en nuestro tiempo se apoderan del gobierno en
ambos países, comenzaron a agitar la cuestión limítrofe, excitaron el estúpido
patrioterismo de las masas y se preparaban para una guerra fratricida.
En La Agitación
quedó bien definida, el 1º de enero de 1902, la posición de los anarquistas
chilenos frente a la posibilidad del conflicto bélico: «Los gobernantes, eternos
explotadores de la miseria, empiezan a incitaros a la matanza de vuestros
hermanos, los trabajadores de la República Argentina… Escuchad: Más allá de los
Andes hay unos obreros que sufren nuestras mismas miserias y las mismas tiranías,
y que, como nosotros, nada tienen que defender. Ellos no pueden ser vuestros
enemigos porque son vuestros hermanos de esclavitud… Obreros chilenos: arrojad
a vuestros gobernantes esos rifles asesinos con que se os quiere armar contra
vuestros hermanos; que el propietario defienda sus propiedades; que el
gobernante defienda sus instituciones políticas». El mismo mensaje, con casi
idénticas palabras, dirigía por entonces La Protesta a los obreros argentinos,
convocados, a su vez, al asesinato de los chilenos. Quince años más tarde,
proclamará lo mismo Flores Magón, dirigiéndose a los trabajadores
norteamericanos reclutados para luchar en Europa contra los alemanes.
Ángel Cappelletti
Tomado del Libro El Anarquismo en América Latina
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