Se suele pensar que el anarquismo es antifascismo. Y bien, sí. Digamos que sí es antifascismo en una contemplación rápida, sin mayores análisis de perspectivas. Pero si revisamos un poquito la historia y los intereses del antifascismo podremos ver que el anarquismo no es antifascismo sino que anarquismo y antifascismo son dos perspectivas distintas e incluso enfrentadas. El anarquismo es la crítica radical a toda forma de dominación. El antifascismo, por el contrario, es la defensa de las instituciones democráticas burguesas del capitalismo.
Por otro lado, el fascismo no está en contra del liberalismo. Constituye, por el contrario, la vanguardia de masas del orden liberal. Cuando el orden capitalista de la democracia burguesa está en peligro, el fascismo reacciona para derrotar a la vanguardia socialista del proletariado y así asegurar la reproducción de la sociedad de clases.
El fascismo no son los fascistas. El fascismo son los tanques
También es importante distinguir entre fascistas y fascismo. Los primeros corresponden a militantes indentitarios del nacional-socialismo y el segundo tiene que ver con un proceso en la lucha de clases en donde la separación de poderes del Estado de la democracia representativa se ve socavada momentáneamente por la centralización del poder estatal. Así, el fascismo no se erige como un objetivo definitivo de los poseedores del capital sino como un ciclo pasajero en aras de reprimir sin contemplaciones toda iniciativa de revolución social.
Contrariamente a lo que se suele pensar, el anti-fascismo no corresponde a una crítica radical del fascismo. En el seno del anti-fascismo históricamente han dominado tendencias que, al igual que el fascismo, buscan reconstituir el orden del capitalismo. Sea mediante una república burguesa o mediante la dictadura del proletariado al estilo URSS.
El actual antifascismo chileno es un sector bien amplio, perspectiva que va desde sectores de la Democracia Cristiana hasta los insurrecionales, sean de la tendencia que sean: marxistas, anarquistas, nihilistas, etc. Entonces quienes hablan de unidad antifascista, están promoviendo una unidad interclasista. En ciertos momentos de la historia esta unidad puede que sea necesaria para los intereses de los explotados, pero quienes hablan de unidad antifascista a día de hoy, están un poco perdidos o quizá bastante influenciados por la propaganda antifa: Imágenes con signos nazis tachados, vídeos de europeos y gringos partiéndose la cabeza y skins bailando ska mientras toman cerveza.
Cabe señalar que el anarquismo de por sí es antifascista pero no está contra el fascismo a secas, sino que lucha contra todas las formas de opresión, incluida el fascismo. Dicho de otro modo, una cosa es ser anti-fascista y otra bien distinta es el antifascismo como unidad interclasista, proceso que se dio, por ejemplo, en la revolución española cuando algunos anarco-sindicalistas integraron el gobierno de la república, traicionando a las bases anarquistas.
Para finalizar algunas consideraciones respecto a la manifestación nazi en Santiago (13 septiembre 2019)
1 - No olvidar que el fascismo histórico marcha el 19 de septiembre. Dejen de subestimar a quienes masacraron a la clase trabajadora.
2- No debería ser motivo de risas ni chistes el que los nazis, pese a las dificultades, hayan logrado marchar.
3 - No eran 50. Eran muchos más. La mayoría de ellos con uniforme de FFEE.
4- Sumamente violento que la manifestación haya concluido en el Parque Almagro, lugar de reunión habitual de inmigrantes.
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