CONVERSATORIO: CÓMO LA NO-
VIOLENCIA PROTEGE AL ESTADO
Resumen de la obra de
Peter Gelderloos
Colectivo Tijeras
Propósito del Autor
Revitalizar las formas a través de las cuales operamos individual y
colectivamente bajo un discurso anticapitalista y antiautoritario que tiene más
sentido que nunca.
Contexto Histórico
Reactivación de los movimientos anarquistas en los EEUU del siglo
XXI, resultando particularmente visible en torno a movimientos
ecologistas/feministas/anti-racistas/anti-belicistas y cuyo principal opositor ya no son los
estalinistas de hace más de 100 años, sino las ONG, que inspiradas por el
discurso de la no-violencia y el ciudadanismo operan al interior de los mismos
movimientos sociales desacreditando el uso de la violencia, instaurándose así
como el Estado al interior de la
resistencia.
Hipótesis Central
El análisis crítico del rendimiento político y estratégico del pacifismo-
también llamado no-violencia activa- constituye
una metodología útil para derribar la trampa discursiva en que este incurre al representarse
a sí mismo como la clave para la
inclusión total del movimiento y visibilizarlo públicamente dentro del
plano de los falsos opositores al Estado
Argumentos
1.
surge a partir del mismo discurso
hegemónico que funda al Estado.
2.
es útil para ampliar la acción de disciplinamiento social desplegada
por el Estado a través de las ONG y su “activismo ciudadanista”.
3.
estará metodológicamente
impedido para destruir las relaciones de producción que son legitimadas
mediante el sistema de dominación que es controlado por la clase dominante bajo
la fórmula del Estado de Derecho. En consecuencia, la no-violencia que se limita
a perfeccionar los mecanismos de tal democracia
en términos de alcanzar mayor justicia social bajo los parámetros ya
impuestos solamente podrá perpetuar el sistema que lo funda.
4.
El motivo de dicha limitación
es precisamente que la no-violencia escoge conscientemente la opción de no
tratar el problema de la violencia como un fenómeno estructural de la sociedad
trazada en torno al capitalismo.
Estructura Metodológica
Esta incapacidad de la no- violencia para la elaboración de una
crítica que ataque el fundamento mismo del sistema capitalista obedece a que se
limita a trazar una crítica cualitativa y valórica de ciertos efectos observables
del mismo sistema, manteniendo inalterable el núcleo del mismo. Será posible
visualizar este compromiso de la no- violencia con el orden vigente a través de
seis ámbitos:
I.
No-Violencia es Inefectiva
Los procesos en los cuales se reivindica la no- violencia como
exitosa no han tenido a la misma como estrategia política única, para ello se
evalúan ciertas experiencias históricas paradigmáticas:
i.
La liberación de India del dominio colonial ejercido por Inglaterra: En India también hubo resistencia armada y Gandhi no fue el único
líder de la no- violencia, sino el más difundido por la historia oficial debido
al éxito que tuvo en sus negociaciones con el gobierno colonial británico y
cuyo relato beneficia a la supremacía blanca, pues finalmente los británicos no
solo no fueron forzados a abandonar la India sino que redactaron la nueva
constitución que hicieron cumplir por sus sucesores. El movimiento a largo
plazo demostró fracasar debido a que no derrocó ni siquiera las formas
coloniales del capitalismo
j.
Oposición al armamentismo nuclear:
también hubo atentados, sabotaje y guerrillas y los tratados de no-
proliferación llegaron solo tras consolidarse la indiscutible hegemonía de EEUU
y le sigue una nueva ola de facilidades para desarrollar dichas tecnologías.
k.
El movimiento de derechos civiles: solo
fue efectivo para eliminar la segregación de derecho y la expansión de una
minúscula burguesía negra, pero la segregación de facto subsiste y se
materializa en un menor nivel de ingresos y menor acceso a salud y vivienda en
comparación con los blancos y los pocos logros de los derechos ha olvidado a
otras razas como las de los inmigrantes latinos, asiáticos y musulmanes; si
bien es innegable la influencia que tuvo Martin Luther King no puede desconocerse
el aporte de grupos como Black Panther Party .
l.
Protestas pacíficas en contra de la guerra de Vietnam: Esta guerra no acabó por la influencia de los pacifistas (de hecho
este movimiento ni siquiera consiguió movilizar una fuerza política suficiente
para evitar la reelección del presidente Nixon), sino porque EEUU fue derrotado
política y militarmente.
En síntesis, la violencia del sistema es estructural y beneficia a
la elite que controla los ejércitos, los bancos, la burocracia y las empresas
QUIENES NO PODRÁN SER PRESUADIDOS INTERPELANDO A SU CONCIENCIA, y los pocos que
cambien de opinión serán dados de
baja/despedidos/sustituidos/desaparecidos/asesinados por que el sistema es
capaz de desechar a quienes no cooperan. Por lo tanto la No-violencia es
inefectiva porque es una lucha reformista y no en favor de la completa
liberación.
II.
No- Violencia es Racista
El pacifismo como ideología proviene de un contexto privilegiado que
ignora que la violencia estructural ya está situada y que es precisamente la
gente de color la que resulta más afectada por la misma: supone la posibilidad
de que la gente blanca con sus necesidades cubiertas pueda aconsejar a los
oprimidos a que sufran la violencia con paciencia esperando que se incremente
el sector de oprimidos que acceda a mayores garantías y concientizar a la “masa
crítica” entre los privilegiados que les apoye hasta que el Estado les
reconozca sus demandas. Los pacifistas, al menos a nivel inconsciente, saben
que la no-violencia es una posición privilegiada, sacando a los activistas de
color fuera de contexto de modo tal que Gandhi y Luther King resultan
representativos de toda la gente de color y es profundamente paternalista al
suponer que un sector privilegiado de activistas blancos puede fijar cual es la
hora de la liberación de los demás, dictando cual es el más apropiado y
ortodoxo método de lucha, por esta razón el problema de la supremacía blanca
castiga con más fuerza la resistencia de la gente de color que la resistencia
que hacia ellos tienen los sectores adversos a su lucha (Ej.: no es casual que
se haya escogido a Martin Luther King como portador del movimiento negro, en
desmedro de figuras como Malcolm X (quien estuviera a favor de la lucha
anticapitalista y que abogó solidariamente por la lucha armada del pueblo
vietnamita)
III.
No- Violencia es Estatista
La no-violencia asegura el monopolio de la violencia del Estado,
entendido como la burocracia centralizada que protege al capitalismo, y que sobrevive
gracias a asumir el rol de ser el único que utiliza la violencia en sus
territorios de forma legitimada. La labor del pacifismo es pacificar a la
oposición del statu quo, mientras que el Estado moviliza sus aparatos
represivos y de inteligencia para “neutralizar” a la militancia que se opone a
su discurso, a los que considera una amenaza real, de esta manera los
pacifistas vuelven a estos militantes más vulnerables a la represión. Por otra parte, las protestas no- violentas
mejoran la imagen del Estado, crean la imagen de un gobierno democrático- sin
jerarquías raciales, clasistas ni patriarcales: NO EXISTE UNA SOCIEDAD COMO
ESTA EN NINGUNA DE LAS DEMOCRACIAS
INDUSTRIALES Y CAPITALISTAS- que tolera la crítica que no amenace su
funcionamiento (“meter una flor en el cañón de una pistola no impide que la
pistola pueda disparar”). Es más, muchas veces los pacifistas toman la palabra
para justificar el uso de la violencia por parte del Estado ante “acciones
violentas” de los manifestantes, visualizando a la primera como “inevitable,
neutral e irreprochable”
IV.
No- Violencia es táctica y estratégicamente inferior
El objetivo: fines
a los cuales se pretende llegar, por supuesto, hay objetivos próximos y
objetivos últimos. Podría ser más realista evitar una aproximación lineal y
visualizar los objetivos últimos como un horizonte, como el destino más lejano
que podemos imaginar, el cual cambiará cuando los pasos que, otrora nos
parecían lejanos, se vuelvan claros, emerjan nuevos objetivos y veamos que
jamás alcanzaremos un Estado utópico y que se mantenga estático. Para lxs
anarquistas, que desean un mundo sin jerarquías coercitivas, los objetivos
últimos de hoy en día parecen ser la abolición de una serie de interconexiones
de sistemas que incluyen al Estado, al capitalismo, al patriarcado, la supremacía
blanca y las formas de civilización ecocidas.
Estrategia es el
camino, el plan de juego para alcanzar el objetivo. Las estrategias desarrolladas por la no
violencia no pueden derrotar al Estado y tienden a reflejar una falta de
comprensión de la verdadera naturaleza del mismo (juego moral, lobby, desobediencia generalizada, etc.) El poder del
Estado se auto-perpetúa y vencerá a los movimientos de liberación con cualquier
medio que esté a su disposición. Si los intentos de derrocar tal estructura de
poder sobreviven a las primeras olas represivas, la élite convertirá el
conflicto en militar, y sabemos que la gente que utiliza la no violencia no
podrá nunca vencer un conflicto de este tipo. El pacifismo no puede defenderse
a sí mismo contra esta inflexible exterminación. La historia de su práctica me
conduce a la misma conclusión: la no violencia no puede defenderse a sí misma
contra el Estado, y mucho menos derrocarle. El proclamado poder de la no
violencia es una ilusión que otorga a sus practicantes seguridad y capital
moral para compensar esta incapacidad para ganar.
Tácticas: acciones
o los tipos de acciones que producen determinados resultados. Idealmente, estos
resultados tienen un efecto compuesto: construyen el momento o concentran la
fuerza a lo largo de las líneas trazadas por la estrategia. Es frustrante que
toda la controversia entre “violencia y no violencia” se desarrolle,
simplemente, discutiendo sobre tácticas,
cuando la mayoría de la gente no
se ha siquiera cuestionado si nuestros objetivos son compatibles, pues de hecho
no lo son, la no-violencia tiene por objeto atacar ciertas “injusticias” del
modelo vigente mientras que la crítica que se considere violenta y
revolucionaria lo será por atacar el fundamento del capitalismo.
V.
No- Violencia es Patriarcal
Patriarcado es una forma de organización social que divide y
clasifica a las personas en virtud de un binarismo de género (hombre-mujer) y
que se afirman como categorías naturales y morales, en virtud de las cuales el
hombre ocupa una posición dominante (en el poder y también en el uso de la
violencia) y la mujer una sumisa que se
ratifica mediante la asignación de los roles económicos, políticos y
emocionales que se asignan a uno y otra y que se muestran como no susceptibles
de cambio y cuya estructura opresiva es reproducida por quienes operan dentro
de dicho sistema. Todos quienes no encajen o que rechacen estos roles de género
son neutralizados por la violencia y el ostracismo social. En el género, la
no-violencia surge de una posición privilegiada que asume que en vez de
defendernos nosotros mismos de la violencia podemos padecerla hasta que una
parte suficiente de la sociedad pueda ser movilizada a oponerse a ello
pacíficamente (sería, por ej., inmoral
que una mujer se defienda de un atacante o estudie auto- defensa). Por otra
parte la concepción de la justicia basada en ley y castigo es patriarcal, porque
los primeros códigos definían a las mujeres como propiedades, y las leyes
fueron escritas para los hombres que ostentaran bienes, que a su vez fueron
socializados para no tratar con emociones.
Un aspecto que dificulta particularmente el combate contra el
patriarcado es que dicho sistema no solo es sostenido por una elite poderosa,
sino por todxs: la distribución del poder al interior del patriarcado es mucho
más difusa que en el Estado o el capitalismo, por lo mismo la lucha contra los
poderosos en este aspecto tiene un rol menos relevante que el fomento de una
construcción cultural que nos permita tener una identidad propia en términos de
género y que nos apoye mientras construimos relaciones saludables y sanamos de
generaciones de violencia y trauma, lo cual es perfectamente compatible con
entrenamiento en autodefensa para mujeres y transgénero atacando instituciones
económicas culturales y políticas que ejemplifican el patriarcado y que
representan una forma de educar a la gente en la necesidad de una alternativa,
el problema radica en que es la gente con poder la que conscientemente saca
provecho del patriarcado impidiendo activamente la emergencia de esta cultura.
La mayoría del trabajo requerido para superar el patriarcado probablemente sea
pacífico (construcción de alternativas y cicatrización de las heridas
provocadas por éste), pero la práctica pacifista deja sin opción a la gente que
necesita protegerse aquí y ahora (ej. Defensa ante un ataque sexual). En
consecuencia ¿Qué noción de libertad no incluye la capacidad de las mujeres de
defenderse por sí mismas? No tiene sentido que existan tantas agrupaciones para
apoyar a mujeres que han sido violadas, atacadas o maltratadas y que ninguna
trabaje para prevenir que estas cosas pasen: no debemos ser víctimas.
La idea de que la violencia revolucionaria excluye a mujeres, queers
y trans se basa en un olvido histórico que es perpetuado por el pacifismo que
solo desarrolla estrategias individuales y no visualiza la violencia como
estructural y sirve incluso para preservar las practicas patriarcales al
interior del movimiento. El feminismo pacifista niega los efectos empoderadores
de la lucha militante, bastando que las
feministas formulen una crítica del sexismo para que las organizaciones
que lo sustentan lo reconozcan: pero son hipócritas al encubrir el despliegue
de la misma práctica por parte de los pacifistas, deleitándose con el cuento de
que Gandhi aprendió de su mujer la no-violencia, obviando los aspectos
patriarcales de su relación. Algunas feministas van más allá de las críticas
específicas y tratan de forjar un enlace metafísico entre el feminismo y la
no-violencia, feminizando o naturalizando la pasividad, postura resistida por
un amplio número de feministas de base.
VI.
No- Violencia es un engaño
La paz no será una
opción hasta que la violencia centralizada y organizada que es el Estado sea
destruida. Una dependencia exclusiva a la hora de construir alternativas, -para
mantenernos hasta hacer que el Estado quedé obsoleto, y “currarnos” el tema de
la violencia para prevenir una posible “autodestrucción”-, tampoco es una
opción, porque el Estado puede aplastar toda alternativa que no pueda
defenderse a sí misma. Si se nos permite vivir el cambio que deseamos ver en el
mundo, no se necesitará tanto para la revolución. Nuestras opciones han sido
violentamente reducidas a las siguientes: apoyar activamente la violencia del
sistema; apoyarla tácitamente rechazando desafiarla; apoyar cualquiera de los
enérgicos intentos para destruir el sistema basado en esa violencia; o
perseguir nuevas y originales formas de luchar y destruir ése sistema. Lxs
activistas privilegiadxs deben entender aquello que el resto del mundo ya sabe
desde hace tiempo: estamos en medio de una guerra, y la neutralidad no es
posible. No hay nada en este mundo que pueda merecer el nombre de “paz”. Es
más, es una cuestión que se reduce a qué violencia nos asusta más, y del lado
de quién vamos a resistir.
Colectivo Tijeras
Colectivo Tijeras
Textos relacionados (capítulos del libro Cómo la no violencia protege al Estado, Peter Gelderloos)
Lamentablemente para los que tampoco creemos en la violencia y de paso tenemos inconscientemente ya asumidos muchos de los postulados que se enumeran en este artículo (principalmente a la hora de revisar la historia), no nos quedan muchas esperanzas ni "caminos" a seguir...
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