domingo, 6 de septiembre de 2020

Anarquismo y marxismo: una reflexión sobre praxis, moral y ética

 

Una vez en el profesorado donde yo curso, un profesor marxista que estimo mucho en el 113 me dijo al momento de criticar a Marx -no hay que confundir las ideas, pensamientos y aportes de un filosófo con respecto a su conducta- en cierto caso puede ser correcto lo mencionado por el docente. Solo que allí hay un problema, si hablamos de filosofía que es pensamiento y praxis claramente encontramos una contradicción, ya que desde la antigüedad el accionar del filósofo, su pensamiento y moral, en cierta medida estaba alienado a la idea total de su juicio, pues el mejor ejemplo de su filosofía es la realización de la misma por parte del filósofo que la defendía. Y más hablando de Marx que en unas de sus afirmaciones mencionaba que era el momento histórico de la filosofía para convertirse en acción material que transforme al mundo. Entonces ¿Cómo las acciones materiales de Marx pueden ir independiente por fuera de su idea filosófica? e incluso ¿Cómo puede ser que hasta hoy se lo piense desde esa forma, en que la acción está separada de la idea en el pensamiento marxista? Recordemos que en un cierto punto el marxismo nunca contuvo y desarrollo una moral del individuo que sea coherente con el comportamiento y realización marxista, más que eso existía una ética rudimentaria de adoctrinamiento y disciplinamiento de los cuerpos ante la idea. Recién bien entrado el Siglo XX con aportes de Marcuse y Sartre, entre otros, se esforzaron por construir una moral y ética digna del marxismo.

Precisamente esa noción de moral y ética coherente con la idea fue una de las tantas pero principales diferencias y separación con el marxismo por parte del anarquismo. El anarquismo cuestionaba la moral, la ética y el resultado de las relaciones sociales que devenían a partir de estos dos elementos, y sobre todo si esas dos ideas venían acompañas por el ejercicio del poder y principio de autoridad violento y coercitivo. Esto quiere decir, que no se planteaba el mero cambio material y social del proletariado y la destrucción del capitalismo, también se pensaba las relaciones sociales que violentaban a los proletarios y proletarias como lo es el patriarcado. Dicha forma de organización social patriarcal si no se eliminaba de nada serviría eliminar al Estado, ya que en esas relaciones culturales se encontraban enquistadas las relaciones materiales embrionarias del Estado. El Estado y el patriarcado, para dar dos ejemplos, tenían que ser combatidos siempre y eliminados desde el primer día de la revolución social mediante una moral y ética totalmente contrarias a esas dos formas de organización social cultural y material. Entonces ahora comprendemos mejor, que la dialéctica marxista en la realización histórica del proletariado no tiene justificación alguna con hacer lo que se tenga que hacer en el momento histórico por necesidad histórica del proletariado, esto quiere decir que no solamente se elimina la personalidad individual del proletariado como sujeto, también se hace lo que se tenga que hacer para cumplir los objetivos; el fin justifica los medios.

Es por eso que los marxistas nunca entendieron porqué los anarquistas se llamaban antiautoritarios, ya que como se trajo acotación aquí no era una mera forma de distinción entre uno u otro o por que el anarquismo rechazaba la idea de dictadura del proletariado. En esa diferencia radicaba mucho más que eso, era la idea de la negación total de todos los elementos culturales y materiales de su sociedad y filosofías que acompañaban esa realidad histórica capitalista. Por ende, ahora podemos entender más claramente porqué los marxistas de todos los colores nunca se plantearon y criticaron las acciones de Marx en vida. Para realizar una comparación entre un personaje histórico del marxismo y anarquismo sin entrar en una inmaculación lógica del ácrata tenemos a las dos figuras, Marx y Bakunin. Solamente con conocer las acciones y pensamientos de ambos, cada uno concederá la valoración de sus propias conclusiones siempre y teniendo en cuenta el espírito individual de esas dos personas.

En fin, la filosofía es pensamiento y praxis, una es la idea y la otra su realización teniendo en esa realización la confirmación y progreso crítico e histórico de lo filosofado.


Nicolás G.