jueves, 22 de agosto de 2013

El país de la Autonomía

¡Qué hermoso en el país de la Autonomía! Allí se está muy bien: se trabaja, se descansa y se juega cuando se quiere; cuando uno hace lo que desea, como debiera hacerse entre los hombres; no hay dinero, ni centinelas, ni guardas rurales, ni soldados que tengan cara de garduña o de hiena, ni ricos que vivan en palacios y se paseen en coche junto a pobres que viven en malas habitaciones y mueran de hambre después de trabajar mucho; no hay ladrones, porque todo es de todos y no se practica la explotación del hombre por el hombre. En país tan delicioso quisiéramos vivir todos. Ese país lo sueña Nono, hoy no es posible pero vendrá un día, que lo será; para que lo sea pronto debemos trabajar todos, porque Autonomía es un ejemplo de la sociedad futura. Hemos deducido que es de aquella manera como se tiene que vivir, no de la manera que vivimos actualmente, tan lejos de la verdadera y completa civilización.





Fragmento de la carta de los niños de la Escuela Moderna dirigida a los niños del ateneo obrero de Badalona (primeros años del siglo pasado, Barcelona)


Fuente y carta completa: La Escuela Moderna 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Carta contra las corridas de toros y la explotación humana - Francisco Ferrer i Guardia

Señor presidente de la Comisión Abolicionista de las Corridas de Toros.

Muy Señor mío: En contestación a la circular publicada en la prensa de esta  capital, la  Escuela Moderna tiene el gusto de adherirse al mitin proyectado para el domingo próximo, en contra de las corridas de toros. Sin embargo, en nombre de la entidad que represento, me permito indicar que esta adhesión es puramente un acto de apoyo contra la bárbara fiesta, despojado de todo carácter patriótico y regionalista.

No se trata aquí de poner a Cataluña enfrente de Castilla, porque al reavivar los antagonismos que artificialmente se han creado entre regiones o naciones, en detrimento de las colectividades y en beneficio solamente de las clases directivas, se separaría esa comisión del objeto para el cual fue nombrada: trabajar por la abolición de las corridas de toros. Además quisiera también indicar una idea que parece encajar en este asunto, a saber: puesto que la protesta en contra de las corridas de toros ha nacido de los sentimientos nobles que poseen los iniciadores del movimiento, ¿no parecerá oportuno a esa Comisión hacer un llamamiento también para protestar en contra de los sufrimientos que hacen padecer sus propietarios a las caballerías por exceso de trabajo y escasez de nutrición?

Y puestos ya en defensa del bienestar de los animales, ¿por qué no nos ocuparíamos también de fundar una liga para la protección del hombre? Bárbaro es martirizar a un toro. Salvaje es ver a hombres vestidos de colorines bregar con una fiera para ganarse la vida; pero más bárbaro y salvaje todavía es ver, conocer y apoyar un régimen de explotación del  hombre por el hombre, en el cual se aprecia tan poco la vida humana que desde el industrial que se perjudica menos por la muerte de un obrero que por la de una gallina, hasta los gobiernos que a miles les mandan a las guerras, todos somos indignos de llamarnos  civilizados si no protestamos a la par que contra las corridas de toros en contra de todo martirio y de toda explotación.

Tiene el gusto de ofrecerse de usted afectísimo,

Francisco Ferrer Guardia

Barcelona, 17 de febrero de 1905

Esta carta fue reproducida en el periódico ¡Tierra! de La Habana el 13 de octubre de 1911

martes, 20 de agosto de 2013

Carta de Malatesta sobre los rumores de Merlino

Estoy informado de que los socialistas parlamentarios de Italia dicen que yo, de acuerdo con Merlino, encuentro útil que los socialistas anárquicos participen en las luchas electorales votando por el candidato más avanzado. Dado que me hacen el honor de ocuparse de mi opinión, no se me estimará presuntuoso si me apresuro a poner en su conocimiento y en el de la población lo que verdaderamente pienso de la cuestión.
 
Por cierto, no critico a mi amigo Merlino que piense como quiera y lo diga sin reticencias. Hubiera preferido que antes de anunciar públicamente un cambio de táctica -que no tiene ningún valor si no es aceptado por los compañeros- discutiera más a fondo la cosa entre aquellos del partido al cual ha pertenecido hasta ahora y con el cual espero que querrá continuar combatiendo. Pero también esto, más que culpa de Merlino, lo es de la crisis prolongada que ha afligido a nuestro partido y del estado de reorganización todavía incipiente en el que nos encontramos.

Sin embargo, es necesario hacer constar que lo que Merlino ha dicho en relación al parlamentarismo y a las luchas electorales no es otra cosa que una opinión personal, que no puede prejuzgar la táctica que adoptará el partido socialista anárquico.

Por mi parte -a pesar de que me disguste disentir en asunto tan importante con un hombre de valor como Merlino y al que me ligan tantos vínculos de afecto- me siento obligado a declarar que, según mi parecer, la táctica preconizada por Merlino es nefasta y conduciría fatalmente a la renuncia de todo el programa socialista anárquico. Y creo poder afirmar que así lo piensan todos o casi todos los anarquistas.

Los anarquistas permanecen, como siempre, adversarios decididos del parlamentarismo y de la táctica parlamentaria. Adversarios del parlamentarismo porque creen que el socialismo sólo debe y puede realizarse mediante la libre federación de las asociaciones de producción y de consumo, y que cualquier gobierno -el parlamento inclusive- no sólo es impotente para resolver la cuestión social y armonizar y satisfacer los intereses de todos, sino que constituye por sí mismo una clase privilegiada con ideas, pasiones e intereses contrarios a los del pueblo, a quien tiene forma de oprimir con las fuerzas del pueblo mismo. Adversarios de la lucha parlamentaria, porque creen que ésta, lejos de favorecer el desarrollo de la conciencia popular, tiende a deshabituar al pueblo del cuidado directo de sus propios intereses y es una escuela, para unos de servilismo, y para otros de intrigas y mentiras.
 
Estamos lejos de desconocer la importancia de las libertades políticas. Pero las libertades políticas no se obtienen sino cuando el pueblo se muestra decidido a conseguirlas; ni, una vez obtenidas, duran y tienen valor sino cuando los gobiernos sienten que el pueblo no soportaría la supresión de las mismas.

Acostumbrar al pueblo a delegar en otros la conquista y la defensa de sus derechos, es el modo más seguro de dejar vía libre al arbitrio de los gobernantes.

El parlamentarismo es mejor que el despotismo, es verdad; pero sólo cuando representa una concesión hecha por el déspota por miedo a lo peor. Entre el parlamentarismo aceptado y elogiado y el despotismo sufrido por la fuerza, con el ánimo dispuesto a la rebelión, es mil veces mejor el despotismo.

Sé bien que Merlino da a las elecciones una importancia mínima y quiere, como nosotros, que la lucha verdadera se lleve adelante en el pueblo y con el pueblo. Sin embargo, los dos métodos de lucha son incompatibles, y quien acepta ambos acaba fatalmente sacrificando al interés electoral toda otra consideración. La experiencia lo prueba, y la natural tendencia a vivir tranquilo lo explica.

Y Merlino demuestra comprender bien el peligro cuando dice que los socialistas anárquicos no tienen necesidad de presentar candidatos propios, dado que ellos no aspiran al poder y no saben qué hacer con él.

Pero, ¿es ésta una posición sostenible? Si en el parlamento se puede hacer el bien, ¿por qué habrán de hacerlo los demás y no nosotros, que creemos tener más razón que ellos? Si no aspiramos al poder, ¿por qué ayudar a quienes aspiran a él? Si no sabemos qué hacer con el poder. ¿Qué harían los demás, sino ejercerlo en contra del pueblo?

Que Merlino esté seguro de esto; si hoy le dijéramos a la gente que vote por alguien, aconsejaría rápidamente votar por mi, dado que creo (y en esto probablemente estoy equivocado, pero es una equivocación humana) valer tanto como cualquiera y me siento seguro de mi honestidad y firmeza.

Por cierto, con las precedentes consideraciones no he dicho todo lo que se podría decir, pero temo abusar demasiado de vuestro espacio. Me explicaré más ampliamente en un escrito adecuado; ni faltará, lo espero, un acto colectivo del partido que reafirme los principios antiparlamentarios y la táctica abstencionista de los socialistas anárquicos.

Esperando que consideréis que la presente es de utilidad para informar al público sobre la actitud que los diversos partidos observarán en las próximas elecciones y que por ello querréis publicarla, os agradezco anticipadamente.


Errico Malatesta


Del  Messaggero, del 7 de febrero de 1897


(El título del Texto NO es el original) Publicado en otras revistas virtuales como "Los anarquistas contra el parlamento"

Fuente: compilación de textos sobre " Elecciones y anarquismo" Vía Antorcha