Carlos Taibo es un compañero oriundo de la región ibérica. Es
considerado uno de los máximos exponentes libertarios del decrecimiento
como teoría crítica de la subjetividad capitalista del desarrollo. Ha
escrito muchos libros y ensayos, abarcando temas como la globalización,
el belicismo y la geopolítica en donde se destaca como experto en los
procesos contemporáneos de la transición a la democracia liberal en
Europa del Este, la desintegración de Yugoslavia, la ecología, los movimientos políticos, populares y de acciones directas. En este
sentido, ha promovido y potenciado el ala libertaria del 15 M, generando
un interesante trabajo en cientos de espacios autogestionados,
antidesarrollistas y anarcosindicalistas de diferentes confederaciones.
Es además profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de
Madrid y colaborador de diferentes medios de comunicación. Algunos de
sus últimos libros de especial interés para el ideario ácrata son
«¿Tomar el poder o construir la sociedad desde abajo?» y «Repensar la
Anarquía», entre muchos otros. A continuación, compartimos la reseña de la conferencia celebrada en Casa Volnitza, la tarde del viernes 17 de junio de 2016. (N&A)
La casa Volnitza abrió sus puertas al encuentro con uno de los pensadores anarquistas contemporáneos más lúcidos en materia de ecología social y prácticas libertarias. El día viernes 17 de junio, nos reunimos atendiendo a una inesperada convocatoria: el profesor Carlos Taibo se encontraba de paso por la región chilena y estaba dispuesto a compartirnos su palabra.
Unas ciento cincuenta personas nos reunimos en el reducido espacio de la casa para atender a la exposición del orador y autor de una prolífica obra historiográfica y de análisis político. Y si la intervención del compañero Taibo fue esclarecedora, las intervenciones que se sucedieron en la ronda de preguntas fueron aún más demostrativas de que en esta región que habitamos, no sólo hay una sed de reunión y de encuentro sino de asumir los aportes ideológicos para adaptarlos a una lucha con identidad e historia propia. En este sentido, la mayoría de las y los jóvenes asistentes hicieron énfasis en la comprensión de un contexto de desarrollismo extractivista que impone el priorizar la lucha en defensa de los territorios. Esto supone, sin dudas, un considerar las prácticas y formas organizativas autonómicas de nuestras comunidades originarias.
Compañeros de distintas iniciativas libertarias se hicieron presente en este encuentro con la palabra. Así, cabe mencionar a los compañeros de la Editorial Eleuterio, La Conquista del Pan, el Sindicato de Oficios Varios de Santiago y otras organizaciones cercanas al sindicalismo revolucionario. Entre todos construimos un ambiente distendido y de grata retroalimentación, el más propicio para atender a nuestras diversas perspectivas. Por esa noche, la capital del cielo nublado de gases que no ha podido con los pulmones de tantos jóvenes sedientos de libertad, se rindió ante el ceremonioso silencio de una muchachada que atiende a los encuentros formativos que reconoce verdaderamente emancipatorios. Así, un evento que entre las blancas paredes de un cláustro pudiese ser considerado protocolarmente académico, en los espacios de la casa Volnitza se puede tornar en práxis de educación libertaria, una educación que es capaz de reunir a estudiantes y trabajadoras en formas organizativas que plantean un horizonte sin jerarquías.
Es por ello que apelamos a la multiplicación de estas iniciativas. La educación es un proceso de socialización. Y esa socialización debemos procurárnosla con criterios propios, prestando atención a nuestro contexto y ejerciendo la crítica transformadora. Si los centros que se pretenden educativos (y ejercen mero adoctrinamiento), privados y/o estatales, cierran sus puertas a nuestra formación integral, forjemos nuestra humanidad más digna al margen de toda estructura opresiva, en el seno de iniciativas libertarias que logren federarse y apuntalar una profunda y verdadera transformación social. Construyamos anarcosindicalismo en cada centro de trabajo, forjemos idea transformadora en cada toma, avancemos hacia la libertad, que es la libertad de todos y todas.
Lo que sigue es una grabación de aquel encuentro que produjo a Taibo una grata impresión. Ojalá se repita. Y ojalá en esa repetición, la voz de nuestras compañeras se sobreponga a los esfuerzos invisibilizadores del ego macho para explicar por qué, en estas regiones, no se puede descolonizar sin despatriarcalizar.
Nos lo debemos, compañeras.
Salud y Anarquía
Fuente: «El Canto de la Arpía»
Unas ciento cincuenta personas nos reunimos en el reducido espacio de la casa para atender a la exposición del orador y autor de una prolífica obra historiográfica y de análisis político. Y si la intervención del compañero Taibo fue esclarecedora, las intervenciones que se sucedieron en la ronda de preguntas fueron aún más demostrativas de que en esta región que habitamos, no sólo hay una sed de reunión y de encuentro sino de asumir los aportes ideológicos para adaptarlos a una lucha con identidad e historia propia. En este sentido, la mayoría de las y los jóvenes asistentes hicieron énfasis en la comprensión de un contexto de desarrollismo extractivista que impone el priorizar la lucha en defensa de los territorios. Esto supone, sin dudas, un considerar las prácticas y formas organizativas autonómicas de nuestras comunidades originarias.
Compañeros de distintas iniciativas libertarias se hicieron presente en este encuentro con la palabra. Así, cabe mencionar a los compañeros de la Editorial Eleuterio, La Conquista del Pan, el Sindicato de Oficios Varios de Santiago y otras organizaciones cercanas al sindicalismo revolucionario. Entre todos construimos un ambiente distendido y de grata retroalimentación, el más propicio para atender a nuestras diversas perspectivas. Por esa noche, la capital del cielo nublado de gases que no ha podido con los pulmones de tantos jóvenes sedientos de libertad, se rindió ante el ceremonioso silencio de una muchachada que atiende a los encuentros formativos que reconoce verdaderamente emancipatorios. Así, un evento que entre las blancas paredes de un cláustro pudiese ser considerado protocolarmente académico, en los espacios de la casa Volnitza se puede tornar en práxis de educación libertaria, una educación que es capaz de reunir a estudiantes y trabajadoras en formas organizativas que plantean un horizonte sin jerarquías.
Es por ello que apelamos a la multiplicación de estas iniciativas. La educación es un proceso de socialización. Y esa socialización debemos procurárnosla con criterios propios, prestando atención a nuestro contexto y ejerciendo la crítica transformadora. Si los centros que se pretenden educativos (y ejercen mero adoctrinamiento), privados y/o estatales, cierran sus puertas a nuestra formación integral, forjemos nuestra humanidad más digna al margen de toda estructura opresiva, en el seno de iniciativas libertarias que logren federarse y apuntalar una profunda y verdadera transformación social. Construyamos anarcosindicalismo en cada centro de trabajo, forjemos idea transformadora en cada toma, avancemos hacia la libertad, que es la libertad de todos y todas.
Lo que sigue es una grabación de aquel encuentro que produjo a Taibo una grata impresión. Ojalá se repita. Y ojalá en esa repetición, la voz de nuestras compañeras se sobreponga a los esfuerzos invisibilizadores del ego macho para explicar por qué, en estas regiones, no se puede descolonizar sin despatriarcalizar.
Nos lo debemos, compañeras.
Salud y Anarquía
Fuente: «El Canto de la Arpía»
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