"Más trenes, menos camiones", parece ser la consigna del momento en rrss, respondiendo supuestamente a las movilizaciones reaccionarias del gremio de camioneros y transportistas.
La cuestión es ¿Para qué se exigirían más trenes en lugar de camiones? Para transportar mercancías y materias primas, obviamente.
En Chile, por supuesto, existe ya toda una red ferroviaria destinada principalmente al transporte de carga. Para éste, se ocupan exclusivamente locomotoras diésel (¿energías limpias?). Las cargas totales transportadas en los últimos años están en torno a los 30 millones de toneladas anuales. Recordemos que estas toneladas corresponden fundamentalmente a "recursos naturales" arrasados por las diferentes actividades capitalistas locales (por ejemplo, minería e industria forestal).
¿Y por qué sería supuestamente mejor tener más trenes que camiones? El tren, y específicamente la locomotora, fue el medio concreto mediante el que se desarrolló y expandió la producción capitalista. Se transformó así en el símbolo del progreso de la sociedad burguesa, punta de lanza de la civilización.
La conquista del lejano oeste norteamericano, por ejemplo, fue llevada a cabo mediante el ferrocarril. Desde sus vagones se disparaba hacia las gigantescas manadas de bisontes que poblaban esos parajes, contribuyendo al exterminio de unos 50 millones de estos animales, llevándolos prácticamente a la extinción. Con ello, se proveía de alimento a los trabajadores que construían (claramente, en condiciones deplorables) las líneas ferroviarias, se comerciaban su carne y pieles, se privaba de la principal fuente de alimento a las comunidades indígenas que allí habitaban y ofrecían resistencia a la colonización, y se eliminaba un importante estorbo físico a la circulación de los trenes, puesto que las manadas solían obstaculizar su paso por las líneas.
Y esta experiencia se repite por todo el globo. No sorprende entonces que la socialdemocracia, una de las formas de expresión política preferidas de la clase capitalista, haga también suyo el simbolismo progresista que encarna la infraestructura ferroviaria. Y así, sus tristes herederos de hoy, progres y reformistas, anhelan una economía que fluya sobre rieles. Creen así oponerse a los burdos, mafiosos y filofascistas gremios de camioneros.
Hace poco, el izquierdista presidente mexicano, AMLO, realizaba una ceremonia en la que pedía permiso a la "Madre Tierra" para construir el destructivo Tren Maya. Aplaudido gesto que sintetiza el rol histórico de la izquierda del capital.
No es la idea ser graves porque sí, ni exagerar las cosas. Las rrss promueven la difusión acrítica de una multitud de consignas. Y claro, quienes hacen eco de esta en particular, no son necesariamente fervientes socialdemócratas. Pero por lo mismo, es necesario poner atención a la proliferación de estas ideas, que son el caldo de cultivo para la recuperación reformista de la necesaria respuesta al despliegue en las calles de los intereses empresariales, que tradicionalmente encarnan los gremios transportistas.
Es oportuno aquí recordar a Walter Benjamin:
"Marx dijo que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Tal vez las cosas se presenten de otra manera. Puede ocurrir que las revoluciones sean el acto por el cual la humanidad que viaja en el tren tira del freno de emergencia".
Y esta idea de oposición a la locomotora del progreso devastador del capital puede rastrearse en estas canciones que coreábamos de niñxs (puro sabotaje infantil xd):
Andar en tren
Es de lo mejor
Se tira el cordel
Y se para el tren."
Copiado del muro de un compañerx.
El título no corresponde al post original que ha corrido por facebook. Se han hecho pequeñas modificaciones para formato blog. (N&A)
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