lunes, 20 de julio de 2020

El viejo manifiesto de los anarquistas paraguayos



MANIFIESTO ANARQUISTA*

Somos comunistas-anárquicos y como tales nos proponemos propagar la completa emancipación del proletariado, a la vez que luchamos para abolir la inicua explotación del hombre por el hombre, ponemos todas nuestras fuerzas morales y materiales para hacer desaparecer todas las tiranías, para establecer la verdadera libertad, igualdad y fraternidad entre las familias humanas.

El motivo de publicar este manifiesto tiene por causa primordial el demostrar nuestro malestar por culpa del actual régimen de la sociedad tan mal llamada civilizada; y al mismo tiempo para decir lo que somos, y lo que queremos, con abnegación revolucionaria y con la convicción de que con nuestros lamentos de indignación despertaremos del letargo en que están sumidos los nuevos esclavos del capital. Ya estamos en la época de las luces para ver muy claro que todo lo que existe en la naturaleza como tierra, agua, aire, sol, luna y los demás elementos que constituyen el Universo, pertenecen a todos los seres de nuestro planeta, puesto que dichos elementos nos han creado y nos conservan la existencia.

Ya es tiempo de reconocer que todo lo que existe artificialmente en nuestro globo terrestre como son ciudades, inmensas extensiones de tierra no cultivadas, canales, puertos, vías de comunicación por mar y tierra, instrumentos de trabajo y todos los adelantos científicos son hechos por muchas generaciones y con miles de millares de trabajadores, por lo tanto también pertenecen a todos y no exclusivamente a esta clase de privilegiados, falsamente políticos, embusteros, clericales, asesinos de la humanidad, proteccionistas de los grandes ladrones y asesinos y justicieros de los inocentes y explotadores del trabajador; en una palabra, todo lo que existe a nuestro rededor pertenece a todos los trabajadores ya que con sangre y sudor hemos contribuido en construirlo; y no a esta camarilla de zánganos que con sus constituciones, códigos, dioses imaginarios y santos de madonas se han convertido en dioses y gobernantes para vivir a costa del que produce y robar el oro que nosotros mismos hemos extraído de las entrañas de la tierra a fin de poder decir que con el oro o capital se compra el producto del obrero, sin tener en cuenta esos verdaderos ladrones que tanto el oro como los demás productos son creados por los trabajadores mismos.

Somos nosotros trabajadores, los albañiles que edifican magníficos, grandiosos e higiénicos palacios, y es un delito si los dejamos habitar a otros que nos mandan y asesinan en nombre de la patria y de la ley; mientras que nosotros habitamos en una insalubre choza y las más de las veces ni un techo para cubrirnos.

Somos los elaboradores de los productos alimenticios, y es un crimen que cometemos si dejamos morir de hambre a nuestros hijos por dejar reventar de panzudos los que hacen nada, pero que en cambio nos prostituyen nuestras esposas e hijos.

Somos los que tejemos ricas telas y casimires, confeccionamos elegantes vestidos, y vestimos andrajos por dejarnos robar sin resistencia, y por motivo de nuestra cobardía los ladrones nos tratan de indecorosos y sucios, y se encuentran degradados a nuestro lado.

Somos nosotros los que hacemos ilustrados libros para instruirnos, y vegetamos en la más crasa ignorancia por dejarlos leer a esos que pretenden ser superiores a nosotros y en premio de nuestra mansedumbre nos tratan de ignorantes y bestias; con razón, porque todo hombre que no se subleva contra toda tiranía que rebaja su dignidad de tal, es inferior a los demás animales, puesto que éstos que no tienen raciocinio se rebelan contra los que quieren esclavizarlos.

En fin, somos los trabajadores, los productores de toda riqueza social, y en recompensa de tantos y tantos sacrificios, somos los esclavos, los humillados, los oprimidos, los explotados; en suma, somos las víctimas de esta lucha y guerra entre los trabajadores mismos, promovidas por esos políticos que por su ambición de gobernar y robar son los causantes de esa matanza entre las familias humanas.

Trabajadores, compañeros de infortunios: si esas injusticias y barbaridades habéis analizado, comprenderéis que tal estado de cosas es injusto que siga así y sería un crimen que nos chocarían en cara nuestros hijos al consentir que continúen con ese régimen.

Por eso queremos que la propiedad individual sea transformada en propiedad común para bien de todos; queremos abolir la propiedad individual porque es la causa primordial de todos los males que nos agobian, pues con ella se mantiene toda esta escoria de la humanidad, como son: Gobierno, Clero, Abogado, Militares, Comerciante y Rentista que viven como parásitos y para seguir disfrutando de sus rapiñas mantienen con nuestros productos ese numeroso ejército.

Queremos desligarnos de todos los Códigos y demás leyes artificiales e incompletas, para establecer la verdadera y única ley de la naturaleza.

Queremos derribar todas las prisiones y penitenciarías que sirven no más que para encerrar al inocente trabajador, mientras que los criminales conscientes están en libertad, de modo que esos establecimientos no sirven para nada porque los defectos de la humanidad no corrigen de acuerdo con la justicia.

Queremos acabar esas luchas políticas que ocasionan derramamientos de sangre obrera promovidos por esos ambiciosos para elevarse al poder; los obreros deben pelear para su emancipación y no para nuestros explotadores.

Queremos abolir todo comercio y toda forma de monedas por ser la causa de existir ricos y pobres, heredados y desheredados, holgazanes y trabajadores, pues dentro del comunismo anárquico, todos los productos son de la humanidad y todos los individuos son libres productores y libres consumidores.

Queremos hacer desaparecer los límites estrechos de las fronteras que el hombre ha puesto en su ignorancia, para establecer la verdadera fraternidad entre las familias humanas.

Queremos destituir toda forma de gobierno porque mientras existan autoridades también existirá tiranía; podremos cambiar de tiranos, pero siempre tendremos la misma tiranía, esto es, mientras existan hombres que quieran oponer su voluntad a los demás hombres, no existirá para la humanidad ni un síntoma de libertad.

Queremos que el amor sea libre y no como sucede en la actualidad que se unen para toda la vida seres que jamás se han amado ni pueden amarse por la diferencia de clases, de edades o afinidades, resultando con este sistema cuidar esos adulterios y crímenes tan desmoralizadores; queremos que se unan por aquella naturaleza, voluntad y simpatía que atrae a los dos sexos, como también queremos, puesto que no nacemos por la voluntad de nuestros padres, que los hijos sean de la gran familia humana y cuidarlos a su infancia para que ellos nos cuiden en nuestra vejez.

Queremos una sociedad comunista, que la tierra y casas sean libres para lodos, maquinarias e instrumentos de trabajo libres para todos, los adelantos científicos que sean en beneficio de todos, la instrucción libre para todos, las vías de comunicaciones libres, la subsistencia asegurada a los ancianos e inválidos para el trabajo; queremos que todo sea de todos y que a ninguno le falte nada; todos para uno y uno para todos; cada individuo tiene el deber de trabajar según sus fuerzas para tener el derecho de consumir según sus necesidades, sin que ninguno tenga derecho a lo superfluo mientras que todos no tengamos lo necesario.

Queremos una sociedad anárquica; que no haya poder autoritario; que la humanidad se rija con las leyes invariables y justas de la naturaleza; queremos que el hombre sea completamente libre de los demás y que obre según tenga por conveniente, sin quitar la libertad de los demás, o cambiando los términos, que la libertad de uno no tenga más límites que la libertad de todos.

Como se comprende, el comunismo es la verdadera igualdad y fraternidad, y la anarquía es la completa libertad individual y la verdadera justicia y ambos constituyen una sociedad armónica, civilizada y de progreso.

Por lo tanto, compañeros del mundo entero, sí queréis ser libres y concluir de una vez con esa plaga langostera burgueses para que no aparezcan en las generaciones futuras, es necesario unirnos las manos callosas a través de las fronteras, cuya unión se irá practicando con la formación de grupos de afinidad completamente libres y propagando las ideas comunistas anárquicas en los cafés, fondas, teatros, centros y convocar reuniones libres.

Grupos de afinidades es la unión de varios individuos con el deseo igual de ejecutar una misma cosa; por ejemplo, un individuo es apto para la propaganda hablada, puede unirse con otros individuos de igual aptitud y formar un grupo para convocar reuniones, es útil colaborar, unirse con otros colaboradores; es de espíritu revolucionario, que busque individuos revolucionarios y organizar un grupo de acción revolucionaria y así sucesivamente se van uniendo por la ley de afinidad, ley que no está escrita en ningún código porque es una ley natural e inviolable. La unión de este sistema tiene la ventaja que todos los individuos proceden libremente en todo aquello que juzguen conveniente sin verse obligados por ningún reglamento ni someter sus acciones a la aprobación de nadie, esto es, no es necesario ningún estatuto ni reglamento, como tampoco ningún presidente, ni secretario. Es el único modo de obrar libremente y abolir camarillas de zánganos y plantear un régimen económico. Esta forma de organización, de propaganda y acción tiene la facilidad de multiplicarse constantemente y en todas las direcciones, es fácil también burlarse de las pesquisas policiales porque no se archivan documentos ni se levantan actas de acuerdos como tampoco existe ningún centro determinado y está en todas partes puesto que cada individuo es un sujeto de actividad.

Hemos manifestado el modo de unirnos y la táctica de luchar, pues ya sabéis que nuestros enemigos están pronto a ametrallarnos porque decimos verdades y declaramos los derechos que legalmente nos pertenecen, pero a nosotros nos queda la astucia; así como nuestros verdugos hacen uso de los cañones, trabucos, fusiles, revólveres, caballos, lanzas, bayonetas, espadas, machetes, arcos, guillotinas y todos los elementos de matanza humana con el sólo deseo de eternizar nuestra esclavitud, a nosotros nos restan los productos que solo nos proporcionan la química y la industria como la dinamita, el veneno y el fuego rápido para quemar los archivos de propiedades, bancos, casas de injusticias, cárceles, templos y todos los edificios que sirven para la corrupción de la sociedad presente.

Tú, prensa burguesa, que eres partidaria del parásito y enemiga del paria, a ti te dice este grupo: es tan necesaria tu emancipación de la esclavitud en que te hallas sumida como la del proletario, porque unas veces vendes tu convicción por algunas, y otras, tienes, que callar la voz de tu conciencia por cumplir la tiranía de los mandarines.

A vosotros, gobiernos y políticos de todos los partidos, a vosotros os escribe este grupo de anarquistas, que dejéis vuestro sistema de autoridades que la defendéis cuando os conviene y la rechazáis cuando no podéis gobernar.

Algunos hipócritas e ignorantes nos preguntarán ¿cómo es posible que exista buena armonía entre la familia humana sin autoridad que la imponga?

Observad las abejas y las hormigas cómo viven en sociedad; comunistas anárquicos, puesto que trabajan según sus fuerzas y consumen según sus necesidades; contemplad la araña como fabrica sus trampas para buscarse su subsistencia, sin embargo no tiene ninguno que la gobierne; estudiad la Naturaleza, ese movimiento anárquico, manteniendo en ella la armonía por las fuerzas de atracción y repulsión que existen en todas las partes que componen el todo y os convenceréis que todo lo que existe se rige solamente por la ley natural y no con las leyes artificiales; pues bien, si todo puede pasar sin leyes artificiales, el hombre con su alto grado de inteligencia y de prever el bien y el mal, bien puede pasarse con las benéficas leyes naturales y desligarse de las leyes maléficas artificiales.

Los causantes del desorden y la discordia entre la humanidad sois vosotros que con vuestra actitud pretendéis imponer vuestra voluntad a las demás voluntades, exigisteis el deber de uno a la producción sin otorgarle el derecho a la consumición, mientras que a otro le concedéis el deber de comer sin trabajar y el derecho de esclavizar al trabajador.

Para acabar de una vez, os decimos que si el hombre no puede gobernarse por sí por sus vicios y defectos, tampoco puede ser gobernado por hombres que sufren iguales vicios y defectos. De todos modos resulta ser el hombre un anarquista.

Y vosotros burgueses: la razón os impone el deber de que entreguéis la tierra y los demás productos que habéis robado a la humanidad con vuestro sistema de explotación.

¡Si, ladrones de sangre, sudor y honra de los trabajadores, que les aconsejáis que tienen que ahorrarse los elementos necesarios y negar la instrucción a sus hijos a fin de que ahorren parte de sus mezquinos salarios para que lo depositen en vuestras cajas de ahorro para luego robarles con el nombre de quiebra! Si, sois una punta de ladrones, propagáis a los inocentes trabajadores y los imbéciles aspirantes de burgueses que tienen que ahorrar durante la juventud para tener asegurada la subsistencia en la vejez, mientras que los que os han escuchado y han podido hacerlo a costa de grandes sacrificios y privaciones, se encuentran en la vejez, no por los años sino por el exceso de trabajo, se encuentran en lugar de tener el fruto de sus economías un rollo de papeles, moneda de menos valor que la escoria que arrastra el cuerpo humano. Y así sucesivamente poco a poco vais robando al trabajador dejándolo a él y sus hijos a la más espantosa miseria, mientras que vosotros disipáis sus productos. Luego blasonáis de filántropos, pero nosotros, anarquistas, os vamos a sacar la careta de la hipocresía. Si establecéis hospitales bastante malos algunos, es para evitar los estragos a vuestros excelentísimos y renovando personas que ocasionan ciertas enfermedades contagiosas; si fundáis sociedades de monopolios que vosotros llamáis de socorros mutuos, es para prever el saqueo de vuestros repletos almacenes; si establecéis casas de expósitos es para llevar a los hijos que habéis tenido con las doncellas que tenéis al servicio doméstico; en fin, si alguna vez hacéis limosnas, que es muy raro, es para esquivar la verdad que el proletariado reconoce que vosotros sois los causantes de sus infortunios y miserias.

En una palabra, sois como el cirujano de cierto pueblo que hería de noche para curar de día, porque con este sistema pasáis la existencia más espléndida y las victimas os otorgan su aprecio.

Y vosotros, oprimidos, tanto productores como sirvientes, como soldados y policianos, insurreccionaos en contra de vuestros opresores, romped las cadenas de la nueva esclavitud, preparaos y armaos para el próximo 1º de Mayo, día en que todos los desheredados del mundo han elegido para la huelga general y no volver al trabajo hasta ser libres productores y libres consumidores, llevaos este mensaje: la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos; por lo tanto, fuera jefes y mistificadores de toda clase!!

Por lo tanto ya sabéis lo que significa el 1º de Mayo, día de rebelión para derribar las instituciones que sostiene la escasa sociedad actual y encima de sus escombros plantar la regeneradora sociedad comunista anárquica.

Para tomar mayor energía gritemos con toda la fuerza de nuestros pulmones y con todo el entusiasmo: ¡abajo la explotación del hombre por el hombre!; ¡abajo todas las tiranías o el gubernismo! ¡Viva la revolución social! ¡Viva la completa emancipación de los trabajadores!

* Este «manifiesto anarquista» fue publicado por el «Grupo de hijos del Chaco», en Asunción del Paraguay, en enero de 1892 (A.J.C.).

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