Chile y España se
parecen bastante en sus procesos post dictadura: derecha dictatorial en el
poder y una izquierda que pacta con ella. La diferencia es que el proceso en
España lleva más años, en Chile la democracia arribó en 1990 y en España
alrededor de 1977.
Pactar con la
burguesía, es un arma de doble filo, por un lado, dicha política beneficia solo
a los partidos y especuladores de mercado y por otro, más silencioso, pero a mi
entender más perjudicial, adormece el espíritu combativo emancipador de la
clase trabajadora.
Aunque sería
arbitrario afirmar que debido a la política de pactos España sufre la actual
crisis social- ya que esta responde a múltiples factores-, pero no es
autoritario decir que quienes se han enriquecido a costa del sudor de los
trabajadores han sido sectores de “ambos bandos” de la clase política. Allí
como aquí han sido muy habilidosos en los negocios, quienes en su día levantaron la bandera del materialismo histórico, y después,
citando a autores socialdemócratas, como excusa o tapadera ideológica, han
iniciado el proceso de ocupar progresivamente las instituciones del Estado, y
de paso llenar sus bolsillos, en otras palabras, han sido cómplices de la actual
situación.
¿A eso le llama
la izquierda chilena “entender el proceso”? yo lo entiendo, creo, y no me gusta
nada. ¿Que las realidades de Chile y España son distintas? Sí, pero ambas
presentan un mercado desregulado, aquí y allí están presentes los mismos grupos
financieros, y lo que no es menor, muchos tecnócratas y funcionarios públicos chilenos
son capacitados en España, tampoco es menor que las reformas educacionales
chilenas hayan sido fuertemente influenciadas por reformas que en algún momento
rigieron en España. Por lo demás, el capitalismo en casi todo el mundo es el
mismo sistema: una élite político/económica que decide y una inmensa mayoría
explotada y oprimida que alucina participar en el espejismo de la democracia
representativa.
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