miércoles, 13 de marzo de 2013

A propósito de Chávez: El peligro que la socialdemocracia siga vaciando de contenido al proletariado

"El mayor triunfo de la burguesía es haber hecho creer que lo que había en Rusia era Socialismo"... dice un libro por ahí... Ahora leo como "libertarios" nos hacen creer que lo que había en Venezuela era una "revolución"... cuando no era más que reformismo socialdemócrata... humanitario, tierno, ok; pero no socialismo ni menos apuntar a aquello. El verdadero infiltrado son los socialdemócratas que pululan por ahí, dejando el manto de confusión en pos de sumar militantes y vender una linda ideología.

Desde que se acabó esa gran farsa de la Unión Soviética a comienzos de los 90s, se inició al mismo tiempo un dominio ideológico total del capitalismo expresado en la práctica de los sectores que potencialmente portan la crítica a lo existente. Curiosamente este dominio ideológico se sustentaba en gran parte por la “cultura” que había creado la socialdemocracia durante décadas. Transformar en ideología al pensamiento revolucionario llevo a un pantano que aun mantiene a varios sectores que pretenden destruir el capitalismo en un delirio esquizoide y melancólico. El leninismo (1) fue la ideología que recayó sobre el pensamiento revolucionario, amputándole su capacidad de desarrollarse como critica a la separación, a la petrificación de las posibilidades humanas como realización de un todo y no especializaciones; a concebir la existencia como devenir en el que lo que es y no “son” al mismo tiempo y dan vida a la historia… mas allá de las dicotomías que cercenan lo existente en invenciones del tipo “alma”, “cuerpo”, “razón”, “irracionalidad”, etcétera..
 
El pensamiento fue lisiado y mandado a rehabilitación, a un centro del cual no podía escapar. El dominio de la ideología, leninista para ser más específicos, llevó a que una vez caído el muro las preguntas volvieran a ser las incorrectas…las que precisamente esta ideología daba la solución en tanto dogma: las masas debían ser inyectadas de conciencia revolucionaria, el estado como ente separado y hasta neutral debía ayudar a acabar con el capitalismo, se mantuvo la separación entre producción de mercancías y autogestión (su unidad es la critica a la ley del valor, algo imposible para la ideología, el pensamiento de lo separado) y claro; la necesidad de un líder que desde afuera, dentro, da igual, dijera el camino a seguir. Como vemos, la búsqueda seguía siendo la separación. La búsqueda seguía siendo una ideología.

No vamos a profundizar sobre esto pues da para otra reflexión, pero quedó claro que en el corazón de muchos estaba interiorizada la idea es esperar un salvador, cual cristiano espera su mesías. Durante mucho tiempo se recuperaron los escritos radicales que precisamente indicaban que nos estábamos haciendo mal las preguntas y que debíamos desocultar al pensamiento y tomar nuestro destino en nuestras manos. No inventar nada, simplemente recuperar lo perdido. Aun así la región latinoamericana en el siglo XXI sufrió una oleada de socialdemocracia seudo renovada.

Esto pareció calmar el corazón de quienes desesperadamente buscaban una ideología que les hiciera pensar con fe en el futuro, suponiendo que el mesías ya había sido encontrado. Diversos gobernantes lograron lo que puede considerarse más despreciable de cualquier proletario: amar a quien lo gobierna. Aquí es donde viene lo mas importante: tal cual la lógica de conmigo/contra mí, la critica a estos gobiernos parecía una apología al capitalismo. Digamos, por parte de las maquinarias de dichos gobiernos.

Si bien todo este escrito surge a propósito de la muerte de Hugo Chávez y como lo ocurrido en Venezuela se replica seductoramente en varios países, aquí no vamos a apuntar a dichos gobernantes “progresistas” por aquello, aquí nos interesa desmitificar que lo que allá y en otras partes se estaba haciendo era una REVOLUCIÓN.

Esperamos que todo lo mencionado no ponga histéricos a sus defensores pues lo que queremos criticar aquí es el peligro de la re-apropiación de conceptos y realidades por la socialdemocracia. Es fundamental no confundir los conceptos, las categorías, las realidades que ocurrían y que se denominaban de formas que vaciaban de contenido al pensamiento revolucionario. Sin entrar en datos, no podemos negar que estos gobiernos ayudaron a los más desposeídos, dándoles una vida digna. Pero los comunistas queremos acabar con el capitalismo en tanto DESHUMANIZA. Los pobres con más posesiones y salud, trabajo y esas cosas seguían siendo una mercancía. La deshumanización no es sólo vivir en un sector “malo”, es la conversión de la vida a una cosa. Y eso seguía ocurriendo.

Para destruir la realidad necesitamos conceptualizarla, analizarla, actuar sobre ella. Lo que importa es que tengamos la capacidad de ser críticos pero con la intención de desmitificar. Con la intención de que el proletariado no se confunda aun más y la tarea de la burguesía ahora sea llevada a cabo por nosotros. Una revolución es imposible si no experimentamos la deshumanización de ser mercancías. Y para ello no sólo requerimos “leer”, sino evitar ser convencidos que no somos mercancías cuando aun domina la ley del valor, evitar creer que porque el Estado nacionaliza algo, entonces esto nos pertenece a todos. Comprender que estatizar no es “lo común”. Sobre lo que pueda ocurrir en esos países es otra cosa. Lo que importa y repetimos, es evitar que cuestiones como lucha de clases, dictadura del proletariado, mercancía, Estado; sean comprendidos y por tanto vividos de una forma que les quita todo el contenido negativo que poseen.

Y eso, compañeros, es una tarea de todos quienes abogamos por el comunismo y la anarquía. No nos interesa “tirarnos” contra un gobierno o pelear contra sus defensores. Pero sí levantar la voz ante la falsificación de lo que el proletariado en su ser social esta destinado a hacer.

Repetimos: debemos recuperar los elementos claves que constituyen este ser del proletariado y evitar que se le quite su contenido negativo, de destrucción a las determinaciones del capital. No nos interesa en competir con tal o cual país o con tal o cual ideología sobre si es lindo o no lo que se hace aquí o allá.

Entonces como se titula este colgado, debemos actuar frente al pensamiento separado, la apropiacion socialdemocrata de la realidad contradictoria. Que digan que es un reformismo humanista, pero cuando se usa lucha de clases para mencionar cualquier cosa, o que estatizar es revolucionario, entonces hay que actuar. No somos quienes para decir el verdadero significado de un concepto, pero sí discutir que aquel (la categoria, el concepto) en tanto expresión de una relacion social se refiere a cuestiones como proletariado contra bloques de poder, proletariado como todos los que valorian el valor, la necesidad de abolir la ley del valor y no caer an fantasias de autogestión, etc.

PD: Hemos leído una declaración de unos “anarquistas chilenos” que realmente nos deja estupefactos. Una ocasión más para romper con los socialdemócratas y los falsos críticos.

PD2: Si quiere más análisis de lo que pasa en Venezuela, aquí no lo encontrara. No nos interesa lo concreto de cada país que esta sujeto a cualquier elección de gobernante. Nos interesa la raíz de todo el asunto que va mas allá de un país y un apellido, algo que tiene que ver con una estrategia global de la socialdemocracia.

Nota:

1- Hay que ser cauto en un aspecto: Algunos escritos de Lenin difieren bastante de lo que fue su práctica y posteriores obras. Así como en El Estado y la Revolución (1917) afirma: “En cuanto a la supresión del Estado como meta, nosotros (los marxistas) no nos diferenciamos, en este punto, de los anarquistas”. Tambien su frase sobre que para entender el capital hay que entender a Hegel (del cual Marx extrae lo más radical de ese sistema para convertir su pensamiento en los criticos de la metafísica o pensamiento burgués o de la separación). Al hablar de ideología leninista nos referimos a los puntos más esenciales que recogieron sus apologistas, cuestiones que si bien se relacionan a política y partido; demuestran que tienen un fundamento epistemólogico burgues.

n.a.c

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