Hoy más que nunca existe una profunda fractura social,
ruptura que se ve, se palpa y se siente ya que hoy es más significativa esta
nueva clase social (la del poder). Dicho así parece que es la vieja consigna de
todos contra el poder y contra los poderosos, pues ellos tienen en frente el
pueblo hambriento de libertad, y esto es así solo en parte ya que ese nuevo
poder es como un cáncer que se extiende en la sociedad hasta llegar al
indigente que vive en la calle. El poder en la actualidad abarca todos los segmentos
de nuestra vida. Si bien antes era el dictador con sus ejércitos y policías y
el sindicato vertical con sus comisarios políticos en empresas y
administración, hoy son los miles de políticos pastando en el pesebre del
presupuesto en el gobierno, congreso, senado, diputaciones, cabildos, consejos,
gobiernos autonómicos, ayuntamientos, mancomunidades, empresas públicas, etc.
Con un único objetivo, que es el de perpetuarse o alternarse para enriquecerse,
saqueando al pueblo productor con recortes, ERES, despidos salvajes,
reducciones de salarios, reducciones de prestaciones por desempleo, etc...
Pero aparte de esta clase política (digamos de primera
clase) está la otra que le hace el
trabajo sucio, que son los comisarios políticos, directores, consejeros,
viceconsejeros, gerentes, etc… y aún hay más con una tercera fila de
chupópteros, chivatos, espías y controladores que están incrustados como
quistes en las administraciones para informar a sus superiores de los elementos
más revoltosos, para informar al empresario de lo mismo. Todo esto, el poder lo
consigue mediante las elecciones democráticas, pues son un engaño ya que sirven
para que los electos controlen, espíen y mantengan al pueblo obrero en su redil
como ovejas, articulando una serie de medidas encaminadas a controlar al pueblo
como son las leyes, reglamentos, órdenes, decretos (tanto a nivel estatal como
autonómico, local y hasta europeo) llamándose directivas para un fin que es el
de mantenerse en el poder eternamente. No obstante, para aplicar ese poder y
así ejecutarlo esta clase social tiene a su disposición ejércitos (tierra, mar
y aire), un aparato judicial con jueces y demás calaña para aplicar las leyes
que el poder vomita y publica a través de su prensa oficial como BOE, boletines
de las comunidades autónomas, boletines provinciales, boletines de la comunidad
europea y boletines de los ayuntamientos y bandos.
Más no contento el poder con su bestial aparato de control y
bajo la denominación del “imperio de la ley” están los policías nacionales,
guardia civil, policías autonómicos, policías locales y ahora los vigilantes de seguridad, antiguos matones de
discoteca reutilizados para que, como nuevos rambos, controlen y pidan
documentación y detengan y encañonen a los que se les discuta, ya no a las
salidas de las discotecas, sino en la calle. Pero aparte del poder político con
su megaestructura está el poder empresarial que vive en la misma cama y a
imagen y semejanza del poder político. Las empresas se articulan de la misma
manera, donde el empresario es el rey, con sus consejos de administración, y
con sus elecciones democráticas para elección de los delegados sindicales
comisarios políticos y con sus fuerzas de seguridad con seguritas y cámaras de
vigilancia hasta casi en los retretes, con sus lameculos y chivatos y con su
arma legal, los ERE y los despidos, todo ello legalmente legislado por el poder
político. En esa inmensa cama está el sindicato obrero, al que se afilia el
segurita y el policía y el político, y también el currito que cree que lo
defienden sindicatos corruptos que saquean al pueblo trabajador recibiendo
comisiones por cada despido, por cada ERE, recibiendo comisiones por cada curso
de formación y recibiendo su parte del pastel de la subvención pastando en el
presupuesto del estado, de las comunidades autónomas, de los ayuntamientos y
cabildos que les dan miles de euros presupuestados anualmente, delegados
sindicales espías de los empresarios que se gastan el producto del saqueo en
drogas, comilonas, alcohol, prostitutas viajes etc. y aún les queda para sus
bolsillos, jefecillos que se meten en la misma cama con el político, el
segurita, con el CNI, con la única finalidad de impedir la lucha leal del
pueblo obrero.
Vemos como empresarios compran libremente a trabajadores a
muy bajo precio en este mercado de esclavos que se llama empleo de las ETTs y
del INEM que son auténticos escenarios del mercado donde los trabajadores son
expuestos para la puja de los empresarios a ver quien da menos. El poder
económico que se dedica literalmente a aumentar beneficios en contra del pueblo
productor, empresarios que con la ley en la mano hecha por los políticos la
aplican en su propio beneficio, bancos que dieron y dan créditos hipotecarios
fáciles a los trabajadores por más del 80%
del valor de la vivienda para después con el consentimiento del estado
despedir a los trabajadores e impedir que los trabajadores puedan hacer frente
a los pagos para posteriormente sacarles la vivienda con el consentimiento del
estado, de los políticos: robo legal, atraco, violencia contra la clase obrera
que no solo ha perdido su trabajo, sino también su vivienda, queriéndole sacar
también su dignidad. El estado está saqueando al pueblo recaudando dineros y
bienes para dárselo a las empresas, aparte de las subvenciones, todo ello
orquestado para impedir que la clase obrera se rebele contra el poder y
planificado para poder conseguir la docilidad del pueblo. El poder de la
propaganda que ya no se trata del BOE o de los diferentes boletines de la
comunidades o provinciales o locales, sino de las televisiones, prensas,
revistas, radios, por los cuales se pueden ver y oír programas basura para que
el pueblo este más pendiente del grano que le salió en el culo de determinado
personaje que de su propia desgracia. El poder de la iglesia que le dice a sus fieles que tenga fe y que se calle la
boca, que los interroga en confesión para informar de las confesiones quien
sabe a quien, el poder de las sectas, donde por un lado es lícito ir con un
capuchón y la cara tapada y con una cadena con un crucifijo colgando o sobre el
hombro en sus manifestaciones llamadas procesiones o es licito en nombre de
cualquier religión taparse la cara e ir por la calle pero es terrorismo ir con
al cara tapada a las manifestaciones, llamándonos antisistema, anticapitalistas,
antiautoritarios…anti todo, y CLARO QUE SÍ, SOMOS ANARQUISTAS.
Este es el poder y cuando los anarquistas hablamos de poder
hablamos de todo esto y más; no solo del rey y de sus ejércitos o del gobierno
de turno. ¿Y dónde reside nuestra respuesta?:
en la ACCIÓN DIRECTA, EN LA DEMOCRACIA DIRECTA en que el pueblo se
autoorganice al margen de partidos, sindicatos oficiales y religiones y actúe
por cualquier medio, pues ya han quedado atrás muchas formas tradicionales de
lucha (hoy prostituidas por el poder). Ahora es el momento de atacar al sistema
y no solo con el sindicalismo asambleario, sino en todos los sectores de la
sociedad, asambleas contra políticos, contra empresarios, contra desahucios,
contra la ley, asambleas ecologistas, asambleas de los barrios,asambleas de
parados, etc…
Grupo Anarquista Perdigón
Fuente: Higinio Carrocera
No hay comentarios:
Publicar un comentario