lunes, 7 de abril de 2014

Una respuesta a Octavio Alberola sobre su defensa a El Periódico El Libertario de Venezuela

“No es suficiente gritar: ¡Revolución! ¡Revolución! para que inmediatamente sigamos detrás de cualquiera que tenga interés en arrastrarnos. Es natural, sin duda, que el ignorante obedezca a su instinto: el toro enloquecido se precipita sobre un trapo rojo, y el pueblo, siempre oprimido, se lanza contra cualquiera que se le designe como causante de su desgracia. Una revolución cualquiera es siempre buena cuando se produce contra un amo o contra un régimen; pero si de ella ha de surgir un nuevo despotismo, es cosa de preguntarse si no resulta preferible dirigida de otro modo. El momento de no emplear en estas luchas sino fuerzas conscientes, ha llegado ya; los evolucionistas, con perfecto conocimiento de lo que quieren realizar en la próxima  revolución, no se entretendrán en la inicua tarea de sublevar a los descontentos y lanzarlos a una lucha sin finalidad, sin brújula”. (1)

Élisée Reclus

Señor Octavio Alberola, soy el autor del artículo publicado en el modesto blog N&A que denuncia y critica el triste giro ideológico de El Libertario de Venezuela en pro del intervencionismo y en funcionalidad con la derecha venezolana. Tal vez para usted soy un aparecido en el seudoanarquismo. Discúlpeme por no tener el prestigio como otros y otras. Sin embargo, no le pediré disculpas por ser estatista, pues no lo soy. Odio al Estado y a todo lo que se le parezca con toda la fuerza de mil úlceras; odio, detesto a la autoridad y a la burguesía tanto como amo a la humanidad y las ansias de igualdad social en todo el planeta. Repudio la represión del Estado, de todos los Estados, incluido el Estado terrorista venezolano y a los burócratas que cobran millonadas en nombre de una revolución bolivariana que solo existió en las cuentas corrientes de los socialdemócratas de turno y en los oportunistas que les rodean.

Pero así como repudio a los Estados, también rechazo el intervencionismo de otros Estados y la propaganda burguesa intervencionista, sea en Europa, Asia, África y el continente grande de América. Y si en nombre de la anarquía o en medios anarquistas  se reclama la intervención de asociaciones de criminales como la OEA, como hacen desde el sitio digital de El Libertario de Venezuela, no me cansaré de denunciarlo, sea verbalmente, en el blog o por las redes sociales.  Si hace falta también me sumaré a las protestas, así como lo hice alguna vez contra la invasión en Irak y así como lo hicieron también los y las obreras en la semana trágica de Barcelona contra el intervencionismo del Estado español en Marruecos.

Señor Octavio Alberola, no soy de aquellos posmodernistas que ven Poder hasta cuando van al baño y tiran la cadena. Tampoco soy de aquellos que se reclaman libertarios y defienden la consigna leninista del Poder Popular. Déjeme decirle también, que he disfrutado mucho leyendo sus coherentes intervenciones acordes con los principios y finalidades del anarquismo contestando acertadamente en foros y páginas de internet a los socialdemócratas que de vez en cuando quieren engatusarnos con sus dogmas de academia o manuales marxistas con el asunto del Poder.

Los anarquistas sabemos que el Estado es, entre otras cosas, la organización del Poder, la organización jerárquica de la sociedad que defiende la propiedad privada y que ‘regula’ cada espacio de nuestras vidas; desde el útero de las mujeres hasta cuando debemos dormir y despertar. Los anarquistas somos conscientes, como bien nos advirtió Bakunin de que “todo gobierno tiene un doble objetivo. Uno, el principal y declarado abiertamente, consiste en mantener y fortalecer el Estado, la civilización y el orden civil, es decir, el dominio sistemático y legalizado de la clase dirigente, sobre el pueblo explotado. El otro objetivo, que es igualmente importante para el gobierno, aunque no se declare tan abiertamente, es la conservación de sus privilegios estatales exclusivos y de su personal. El primero de los objetivos se refiere a los intereses generales de las clases dirigentes; el segundo, a la vanidad y a los privilegios excepcionales de los individuos que forman parte del gobierno.”(2)

Sin embargo, tampoco podemos obviar que el Poder no descansa solo en el Estado (como institución ‘formal’). Las organizaciones burguesas a través de sus bancos y la seguridad privada también organizan su propio control y represión, claro que avalados por el Estado, de hecho el capitalismo y el Estado siempre se han llevado fenomenal.

No todos quienes protestan contra el Estado son anarquistas, ni siquiera todos los que protestan contra el Estado o el gobierno de turno son necesariamente socialistas o cercanos a las ideas libertarias. ¿Debemos parar nuestra solidaridad con los represaliados y represaliadas por eso?  Por supuesto que no, pero tampoco podemos ser tan ingenuos o directamente mal intencionados para afirmar que el movimiento de Febrero en Venezuela ha nacido desde “la espontaneidad”,  como afirma el documento firmado por el grupo editor de El Libertario en la edición de Febrero/Marzo de 2014. (3)

Cierto es que dichas protestas en Venezuela manifiestan un descontento social que es totalmente legítimo, pero también es cierto que han y están siendo dirigidas por partidos de derecha y ultra-derecha y condimentadas por un absurdo nacionalismo tan detestable como el militarismo chavista. En Venezuela existe burguesía hambrienta de Poder más allá del Estado, y así como en Europa, esa derecha fascista y criminal no dudará en usar a las fuerzas policiales y militares contra el pueblo como hoy lo hace criminalmente el chavismo desde el Estado.

Pienso que debemos ser muy cautelosos a la hora de apoyar a medios por mucha tradición que tengan, o por muy buen apellido tengan quienes les donen vida. Giros políticos no han sido pocos en la historia del anarquismo, siempre está el posibilista o convertido al reformismo de turno que llama a “recuperar una institucionalidad democrática que responda a las necesidades de la gente.” (4)

Para finalizar, me gustaría preguntar: ¿Los y las anarquistas, como Malatesta, Emma Goldman y Rudolf Rocker, entre otres, que criticaron a los aliadófilos a principio de siglo pasado, defendieron con ello al Estado alemán?

@tierrarevuelta


Anterior texto es una respuesta a los comentarios de Octavio Alberola en A las Barricadas, para leer hacer clic aquí 

Artículos relacionados: 






(2)  La ciencia y la urgencia de la labor revolucionaria. Mijaíl Bakunin, 1870. http://miguelbakunin.wordpress.com/2008/04/25/la-ciencia-y-la-urgencia-de-la-labor-revolucionaria/

1 comentario:

  1. Para quienes no sepan quién es el connotado anarquista Octavio Alberola, otro connotado o famoso anarquista, como es Lucio Urtubia en el libro «La Revolución por el tejado. Autobiografía» nos habla del:
    «Alberola es una persona que hoy en día es más decente que muchas otras, porque al menos alberga en casa a gente que viene de América y les ayuda. Este hombre vino de México, su padre había muerto en extrañas circunstancias, era un exiliado. Es de estas gentes que se las dan de intelectuales.
    Recuerdo alguna anécdota relacionada con él. Cuando se da el caso del banquero Suárez, éramos varios grupos de jóvenes reunidos para la acción y entonces se contacta con Octavio y se le dice que él, como estaba ya muy fichado, era muy conocido, no servía en aquellas cuestiones, porque no se podía hacer nada con él. El caso es que nos reunimos y se acuerda que él no tomara parte por nada del mundo, porque antes de hacer el secuestro, todos los periódicos anunciaban el nombre de Alberola. Fue algo tremendo. Estas son las historias que ocurren en todos grupos, en todos los movimientos, al menos así las he conocido yo. El caso es que se hace la recuperación, sale todo bien, y él, que se supone que es un veterano, el que sabía todo, el único que no tenía que participar, que no tenía que aparecer en ningún momento, resulta que el no engaño y él es el que participa directamente en la recuperación del dinero. Entonces lo cogimos y le dijimos: “A partir de ahora, escribes, hablas, haces lo que quieras, pero si se te ocurre participar en una operación te vamos a partir las piernas”.
    Cierto día me llama Evelyn Mesquida y me dice: “Ven, que tengo que contarte algo”. Voy a su casa y me presenta a un muchacho de Bilbao, relacionado con los GRAPO. Este muchacho es responsable en Bilbao de recuperar dinero de los futbolines y de cosas de éstas. Me lo presentan u me dicen: “Mira, viene de Bilbao, viene de tu tierra, hay que ayudarle”. Yo pregunto qué es lo que le ha ocurrido y me dice que esperaba el dinero, y la organización, en cierto momento tenía necesidad del mismo. Sus compañeros le han dicho que les diera el dinero, se lo ha dado, pero ha tenido que salir huido, y ha llegado a la puerta del Sant Claude, y los amigos le han dicho que no estar con él, que están fichados. Y aquí me lo encuentro yo, con Evelyn.
    El caso es que a este muchacho bilbaíno le han dado en su tierra la dirección de Octavio. Yo le digo: “Mira, sobre todo no vayas a ver a Octavio, porque te encontraras en la cárcel inmediatamente”. Pasados unos días del encuentro, me llama Evelyn y me dice: “¿sabes lo que ha ocurrido? La policía ha convocado a Cristino y le han preguntado en la Prefectura durante horas sobre mil cosas y por fin han venido a preguntarle por Octavio Alberola. Y él les ha dicho que no lo conoce. Pero la policía le sacó fotos, lo han seguido”. “Ya os lo dije”, le comente.
    Cierto día, estábamos reunidos varios amigos, entre ellos Octavio, que es un hombre alto y grande, y le digo: “Oye Octavio, ¿hasta cuándo vas a ser un niño?, se te dijo que no participaras en nada. A este muchacho, a Cristino, ya sabes lo que le ha ocurrido, la policía le ha detenido y le ha preguntado por ti, y tienen fotos”. Y entonces Octavio me dice delante de todos: “Esto te lo ha dicho la policía”. Le di un bofetón y se cayó al suelo rodando.»

    ResponderEliminar