viernes, 27 de marzo de 2015

Honduras: Cuatro estudiantes secundarios fueron víctimas del sicariato político

Tegucigalpa ha sido el escenario de cuatro ejecuciones contra estudiantes de educación media que en días anteriores habían elevado sus voces contra reformas educativas que suponen el incremento de cada hora de clases a un lapso de 45 minutos. Los estudiantes se plantaron contra esta medida impuesta por el ministro de Educación, Marlon Escoto, aludiendo que dicho incremento supondría que los jóvenes de las jornadas vespertinas tendrían que salir de noche de sus colegios, exponiéndose a la delincuencia que azota las calles de esa ciudad.

Por esta razón, cientos de alumnos de más de veinte instituciones han mantenido protestas desde hace más de dos semanas en la capital hondureña. En medio de ellas, los estudiantes enfrentaron a la policía con piedras y dos jóvenes resultaron heridos por armas de fuego.

El día martes 24 de marzo, Darwin Josué Martínez Hernández (21), Elvin Antonio García López (19) y Diana Yareli Montoya (21), estudiantes del Instituto Jesús Aguilar Paz, tenían 15 minutos de haber salido de clases y se encontraban charlando en una acera, muy cerca del colegio. Al lugar llegó un grupo de hombres que se trasladaban en un automóvil y sin mediar palabra disparó contra los muchachos. Los jóvenes intentaron correr pero cayeron abatidos por las balas. López y Martínez fallecieron en forma inmediata tras los múltiples impactos, pero la joven Montoya resultó gravemente herida y fue trasladada a un centro hospitalario. No obstante, los más de veinte disparos en su cuerpo le hicieron perder la vida poco después.

Posteriormente, el día miércoles 25 de marzo, el cuerpo de Soad Nicole Ham Bustillo (13), estudiante del Instituto Central Vicente Cáceres, fue hallado en un saco de nylon bajo signos de tortura y estrangulamiento. Se dio a conocer tras el hallazgo que la niña había participado de una jornada de protestas y en ella se había hecho notar en dos ocasiones ante los medios de comunicación. A través de ellos se dirigió enérgica al presidente Juan Orlando Hernández, demandándole atención al caos del sistema educativo: “Ni sillas tenemos, hombre, ¡compren sillas!”, clamó la niña.“¿Por qué Juan Orlando manda a los chepos, por qué no viene a arreglar el peo él mismo?” se preguntó otra vez Nicole ante la presencia del despliegue policial.

Organizaciones sociales descreen de la hipótesis que sugiere que estos jóvenes fueron víctimas de la delincuencia, pues los hechos se suceden en un álgido contexto de lucha política. Lo que salta a la vista es el empeño del Estado hondureño por reprimir y atemorizar a la población a través de las prácticas de sicariato que tienden a multiplicarse en el contexto de los gobiernos del continente.

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